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REFLEXIONES DIARIAS AA 27 JUNIO

    Reflexiones Diarias. Escritas por los A.A. para los A.A.

    27 JUNIO

    «CONFORMIDAD CON LA MANERA DE A.A.»

    Obedecemos los Pasos y Tradiciones de A.A. porque realmente los queremos para nosotros mismos. Ya no es cuestión de decidir entre el bien y el mal; nos amoldamos porque sinceramente queremos amoldarnos. Tal es la evolución de nuestro desarrollo en unidad y servicio; tal es la evidencia del amor y gracia de Dios entre nosotros.

    — A.A. LLEGA A SU MAYORÍA DE EDAD, p. 106

    Me encanta verme a mí mismo crecer en A.A. Me resistía a conformarme con los principios de A.A. desde el momento que ingresé, pero del dolor de mi beligerancia llegué a saber que, al elegir practicar la manera de vivir en A.A., me abría para recibir la gracia y el amor de Dios. Entonces empecé a conocer el significado completo de ser un miembro de Alcohólicos Anónimos.

    Del libro Reflexiones diarias
    Copyright © 1991 por Alcoholics Anonymous World Services, Inc. Todos los derechos reservados.

    Todo en la vida es una opción, una decisión, una resolución, en fin una elección.

    Vivir es alternar responsablemente afirmaciones y negaciones, porque continuamente me veo obligado a escoger entre un objeto u otro, entre diferentes opciones de ocio, o entre una ruta vital u otra. Vivir implica elegir. Escoger implica elegir, discernir es un acto distinto de escoger. A lo largo de mi vida, más que elegir, fui gobernado por mi obsesión y por mi ingobernabilidad. Las opciones que se me presentan no son nítidas ni diáfanas como quisiera porque aunque el cristal sea transparente y el líquido claro, siempre que se trató de alcohol esa sustancia tan prístina siempre obscurecía mi espíritu. Hacer buenas elecciones, saber separar bien, es un signo de inteligencia emocional más que de coeficiente intelectual y una manera de retroalimentar a esta última. El Programa me va facilitando las claves imprescindibles para saber elegir entre el bien y el mal en mi vida cotidiana bajo la fórmula inequívoca de hacer la Voluntad de Dios.

    Todo en la vida es una opción, una decisión, una resolución, en fin una elección. Todos los días yo elijo tomar té o café, yo elijo si me levanto o permanezco en la cama, yo elijo si leo el periódico o veo televisión. Yo constantemente hago elecciones, y debo ser agradecido de que tengo esta libertad increíble de elegir. Esto quiere decir que sí tengo capacidad de decisión (fuerza de voluntad) para unificar mi intención a la Voluntad de Dios, como dice el Tercer Paso.

    Al ir estudiando y viviendo cada uno de los Pasos observo que Dios tiene mucho que decirme sobre mi habilidad de elegir en muchos aspectos de mi vida, así como, que me ha mostrado mi inhabilidad, mi impotencia y mi falta de capacidad para elegir y controlar mis copas, mi consumo y mis emociones negativas.

    Hoy, gracias a estar en recuperación, tengo la libertad como individuo para determinar hacia donde mi vida va a ir y como puedo hacerla productiva para cumplir con la Voluntad de Dios.
    Mi gran reto es elegir con base en la Voluntad de Dios, o sea por medio de la fe (fuerza espiritual) por lo que frecuentemente tengo que tomar la decisión si seguir los principios espirituales del Programa, lo que Dios quiere para mí o si seguir con los principios de índole puramente humana y bajo los cuáles se rige el egoísmo imperante en el mundo en que vivo.
    Sé que todavía no puedo ver el resultado final de seguir los principios espirituales del Programa, para mí principios de Dios (como yo lo concibo, mas por la fe sé que dichos principios producen buenos resultados para mí, además de que lo compruebo con la experiencia que me comparten con su vida mis compañeros.

    Dios me ha puesto delante la vida y el bien, la muerte y el mal, la bendición y la maldición y me regala el libre albedrío para que yo decida y escoja que vida quiero para mí y para quienes me rodean, muy especialmente para mi esposa e hijos. Un día a la vez, gracias a intentar de buena voluntad vivir el Programa puedo optar por la vida, el bien, la bendición y la sobriedad.
    Mi rendición total ante mi impotencia y mi ingobernabilidad me ha regalado saber que mi Poder Superior quiere sólo lo mejor para mí y alejar de mí ese suicidio constante del consumo para que ahora ande por veinticuatro horas por la vida, descubriendo la Gran Realidad y disfrutándola para ir hacia el Camino Feliz.

    Hago oración y busco la meditación para que mi opción y decisión sea hecha conforme a los principios espirituales y la Voluntad de Dios con base a mi verdadera concepción de Él y no la de mis “dioses” falsos del envidia, la pereza, la avaricia, la lujuria, la soberbia, la ira, la voracidad en fin de mi egoísmo. Ya que no soy un robot en manos de un dictador omnipotente, no soy el peón en un tablero de ajedrez de la vida, sino que siempre tengo la libertad de elegir y por eso mi elección es mi deseo de no beber, de no consumir que me hace miembro de la Fraternidad de la recuperación.

    Cuando practico habitualmente la oración y la meditación y pongo mi voluntad y mi vida al cuidado de Dios, Él me dirá que camino tomar y una vez que vaya por uno tengo que reconocer que también esto es una elección, pues el Tercer Paso dice “decidimos” y de donde deriva la promesa de la dirección específica de Dios en mi vida, no como yo quiero ni en mis tiempos sino simple y sencillamente para que se haga Su Voluntad.

    Si considero primero a Dios en mi pensamiento, si lo consulto antes de que consulte a mi asesor de finanzas, a mi accionista, e incluso a mi terapeuta, Él dirigirá mi camino diciéndome que camino tomar y entonces tendré la mente abierta para poder percibir y recibir la Voluntad de Dios a través del conducto de mis semejantes, empezando por mi padrino y mis compañeros, teniendo muy claro que la premisa es que siempre elija el bien.

    Sólo por Hoy hago la elección de seguir el camino de la recuperación que me ayudará a progresar espiritualmente y como efecto de ello buscaré no herir ni dañar a nadie más en mi vida, por lo que no se trata exclusivamente de desechar o rechazar el mal sino ponerme en acción de manera positiva para vivir una buena alternativa de desarrollo espiritual, y para ello poner en práctica lo que dice el Séptimo Paso hay que empezar con la decisión de tener actos de humildad pues es “verdaderamente la base fundamental de cada uno de los Doce Pasos de A.A. Porque sin cierto grado de humildad, ningún alcohólico podrá conservarse sobrio. Casi todos los A.As. se han dado cuenta de que a menos que se desarrolle esta preciada cualidad, más de lo que es indispensable para la sobriedad, todavía no tendrán la oportunidad de llegar a ser verdaderamente felices.”

    Felices 24 horas de evidencia del amor y gracia de Dios.

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