Érase una vez una Dragón que se había enamorado de un Koi japonés como de estirpe diferente era, por su familia se vio desterrada a una tierra desolada vacía de calor y vegetación, donde sólo el hielo velaba por el fuego que nacía dentro de la joven exiliada.
El rey Dragón obligó a la princesa a los hielos sobrevivir por una cantidad de 200 años, hasta que la vergüenza del amor marcada el pueblo olvidase su falta.
La Podre sin saber que en su vientre llevaba la semilla plantada por el amor de una vez fusionada, marchó al confín del mundo donde su padre asignó su castigo por adolecer a un pueblo entero de un escándalo de amor prohibido entre dos seres distintos.
Durante la gestación la Joven Dragón velaba por su amor que ahora llevaba en el vientre como su más preciado tesoro de luz.
Sabía que ante, el hielo podía apagarse su fuego y morir en el intento de ser madre. Ante ello para no gastar fuerzas y traspasarle el poderío a su retoño querido. Enmudece en el silencio más absoluto, alimentándose de peces y del amor que le brindaba su vientre.
Pasado el tiempo y en son de merecer ser madre y tener a su bebé. Decide desobedecer la orden de su Padre y buscar un lugar donde pudiese sobrevivir junto a su regalo de Dios.
Fue así donde emprende su camino hacia un lugar mejor. Estando allí nace una pequeña Dragón de ojos grandes  y barbas rizada de colorida mezcla Koi como de Dragón. Con una fuerza desmedida que la lleva a tener una personalidad privilegiada.
Su Madre, veía crecer a su hija con total orgullo, más impotente ante no poder enseñarle lo que ella tuvo que aprender por sí misma. Volar.
La madre no sabía si podría sobrellevar esa angustia. Sólo sabía que por su nena haría lo que mejor podía. Simplemente amarla y guiarla en su camino de vida.
Ya en la adolescencia, la joven hija observa a su madre volando sobre la montaña, desplegando sus alas y en una alborea de fuego llenar de luces el cielo.
Ella intenta seguir a mamá e imitando su vuelo para seguirle. Más de sólo caídas se vio reflejado su esfuerzo. Fue entonces cuando le pide a ella que le diga lo que hay detrás de la Dama de cúspide blanca
La madre responde:- Sabrás lo que hay detrás de ella cuando tú misma expreses tu vuelo y logres cantar en común unión con los cielos.
La hija desafiante le dice: ¡Entonces llévame a volar! Deja que me agarre de tus alas y me subes hasta la cima de la montaña para observar con mis propios ojos lo que hay.
La madre enmudeció porque sabía que su hija ya estaba en edad de manifestar de lo que era capaz su fuerza pregonar  y de su  poderío interno iluminar, no sólo por la magia  propia que le la alcurnia del Dragón provenía  sino también del linaje  de su  padre Koi, heredara.
Ante la demanda de su hija, la madre responde: -Algún día, podrás tú misma realizar ese vuelo. Mientras tanto descubre cuáles son tus fortalezas y debilidades y a través de esa fusión obtendrás tu mayor poderío y cuando esa pasión tome por brío el amor, serás capaz de alcanzar la magia propia de tu generación.
La joven tomó esta respuesta como un acto egoísta de la madre y con soberbia respondió: -Si tú no me quieres llevar contigo es porque no me consideras que puedo. Yo te demostraré que sin tu ayuda podré volar con la elegancia de una reina y la diplomacia que me entregará mi propia sabiduría.
Me voy a iniciar mi camino sin ti, porque tú así lo has querido.
La hija se marchó sin hacer un acto de reflexión siquiera en favor de su madre. Estaba tan cegada por su mente que olvidó en ese instante ¡Cuánto la amaba!
Por otro lado la madre sumergida en dolor por la incomprensión de su hija. Precisó no derramar ni una lágrima aunque su corazón se quebrajaba como una flor cuando se desoja en el viento. Una parte de ella se desapegaba con el más sincero desprecio de una verdad creada por los ojos de su hija, por una mirada mal interpretada de un juicio arraigado.
La madre entendía que su hija debía experimentar por ella misma los pasos de la vida. Hizo lo que mejor pudo. Dentro de todas sus posibilidades. Más su pequeña eso no lo advirtió.
Nace aquí un camino sin madre, acompañada de soberbia y egoísmo hacia el éxito de ser mejor que el Ser que le vio nacer.
Ya esta joven Dragón, no pretendía hacer ni el más mínimo esfuerzo para continuar soportando esta situación con mama Dragón. Dentro de sí existía una fuerza más grande que ella, la sentía por que habían momentos en donde su pecho se hinchaba con fuerza como llevándola a emprender un viaje y dejar todo atrás.
Y había una voz, una vocecilla que le decía en voz baja, “ya es suficiente, déjala y ve por tus propios sueños, no te merece y además no sabe nada de la vida, ni siquiera entiende lo que tú sientes”. La joven Dragón asiente con un pequeño movimiento de su cabeza, estando ensimismada observando un viejo arbusto, “Si es verdad yo estoy joven y es hora de hacerlo por mí misma, a mi manera”.
Aprovechando que Mama Dragón se encontraba realizando uno de sus acostumbrados vuelos de la mañana, la joven Dragón logro verla muy lejos e inicio el viaje de su vida a alcanzar la cumbre como siempre lo había deseado. Tomo algunas cosas que creía poder necesitar para el camino, las coloco dentro de una bolsa que ajusto a su espalda, no eran muchas pues estaba segura que esto iba a ser muy rápido y lo haría en menos tiempo de lo que su Madre le decía.
Era un día radiante, se podía observar a lo lejos todas las cordilleras del lugar y el sendero del gran rio que marcaba su camino impetuoso hacia el mar. La joven Dragón toma un camino que sabía la conducía hacia la cumbre. Después de algunas horas se sentó sobre una roca y por primera vez pudo darse cuenta que estaba sola y que ya ni divisaba su casa.
Tomo algo de beber y reanudo el viaje. Había un pensamiento muy renuente, esa pequeña voz que decía “Ya vas a ver que yo si puedo, te lo voy a demostrar, que puedo ser mejor que tu”.
Horas después comienza a caer la tarde y con ella las temperaturas empiezan a descender vertiginosamente, el frio comienza a pegar en los huesos, la joven Dragón nunca tuvo en cuenta que al nivel que ella vivía era el punto máximo habitable y que cuando se ascendía las temperaturas serian más bajas, rápidamente la joven busca un lugar para guarecerse, toma algunos maderos y lanza una pequeña llamarada y los enciende, “Esto fue fácil” se dice así misma, “solo es cuestión de ser lista”.
Amanece y la joven apenas pudo conseguir unas pocas horas de sueño pues le frio y la oscuridad profunda de la noche y todos sus ruidos la atemorizaron un poco, sin embargo la joven se sintió nuevamente con deseos de continuar el camino y así lo hizo.
Era el medio día aproximadamente y sintió hambre, saco de su bolsa algunos panecillos que su Mama preparaba, pero por alguna razón les supo diferente, algo era diferente, mas no presto atención y continuo su viaje.
En las horas de la tarde se percato que el frio comenzó a sentirse más temprano de lo que esperaba, pues se suponía que era la noche la que traía el frio, pero no fue así, ahora aparecen unas fuertes ráfagas de nieve y aire frio, la joven comienza a luchar contra el viento fuerte e inclemente, casi no puede sostenerse y se le ha perdido el camino, en un instante tropieza y cae cuesta abajo deteniéndola un viejo árbol del cual se toma con fuerza.
Como puede, se anida al canto del árbol. Su corazón palpita muy rápido, sus manos están casi congeladas, está perdida, desorientada y casi al borde de la muerte. La joven se acurruca y siente un dolor muy fuerte en su corazón, abraza sus piernas y por primera vez después de varios años suelta una lagrima y muy suavemente, llama a su Mama. “Mama, lo lamento tanto”, “mama, en donde estas, te necesito”, “te amo mama”, “Te amo”. Este lamento duro varias horas y la tormenta no terminaba pero después cedió su fuerza y la joven cayó en un profundo sueño.
Comienza a amanecer, nuevamente el sol iluminar la montaña, ahora todo está muy blanco, había iniciado la temporada de nieve y así seria por algunos meses. La joven como puede, logra quitar la nieve que le cubría, curiosamente esa noche había descubierto que esas alas inútiles que tanto le reprocho a Mama que le había dado y que no servían para nada, la habían cubierto y protegido de la adversidad. La joven logra ver el sol saliendo a lo lejos “es curioso verlo salir desde abajo”, por esta observación, se dio cuenta que estaba muy alto y que la caída, la había desorientado totalmente, había perdido el camino hacia la cumbre y por su puesto el camino de regreso.
Por unos momentos se sintió perdida y muy asustada, pero recordó algo de las historias de Mama, “en la montaña siempre se debe buscar un punto alto en donde puedas divisar lo mayor posible, y así mas fácil se puede ubicar”. Se levanto de inmediato y así lo hizo.
Como pudo se abrió camino por entre la espesa nieve y aprovechando la claridad de la mañana subió rápidamente cuando sin querer logro encontrar el camino que se había vuelto a despejar. Sonrió “Mama no lo puedo creer” ”vaya, tenias razón”.
La joven  Dragón continuo su viaje, tiempo después le sorprende una figura que se ve a lo lejos, camina hacia ella y cuando se va acercando se da cuenta que es un hombre que se encuentra sentado sobre una roca, con los ojos cerrado y en una profunda concentración. Bestia un manto largo de color morado, además se notaban decoraciones en oro, el cual resplandecía con los rayos del sol.
Aquel hombre tenía una barba larga y blanca, pero no parecía ser tan viejo. Cuando la joven avanza muy suave quiebra una rama que estaba botada en la nieve, se queda muy quieta sacudiendo sus manos, pero el hombre lo noto de inmediato, abrió sus ojos y se quedo mirándola fijamente. Disculpe, dice la joven Dragón, ¿puedo saber quién es usted?, soy el guardián de la puerta de los deseos. Está bien, dice la joven, “bueno pensé que tal vez usted podría ayudarme”, ¿Qué deseas? dice el hombre. Bueno no tengo casi provisiones y no sé si me falta mucho para alcanzar la cumbre.
El hombre le dice que aproximadamente le restan unos tres días de camino con buen clima y que allá arriba el frio es mucho más fuerte y que tal vez no es un buen lugar para los dragones pues si se extingue su llama por congelación, pueden morir.
La joven Dragón se siente derrotada y vencida, “tanto esfuerzo solo para esto, para terminar a medias”, esto lo concluía después de darse cuenta que era prácticamente imposible llegar y además el viaje de retorno sería prácticamente imposible.
Aquel hombre le dice “ven acércate”, “quiero mostrarte algo”, este hombre sabio abre sus manos y sobre ellas se comienza a verse una esfera de color blanco y creció a la medida de un balón, “observa”, dice, “observa”, y dentro de esta esfera se ve un lugar desolado y muy frio, mucho mas de donde ella se encontraba, y a lo lejos se ve una figura. “Por Dios” exclama la joven, ¿pero qué lugar es este? ¿Y quién esta ahí?, “Mírala bien” dice el hombre, la joven como puede se acerca y ve que es su Mama cargándola a ella muy pequeña, combatiendo contra una fuerte tormenta ¿Pero por que nunca me lo conto?, “siempre me dijo que no recordaba mucho de su vida”, “si me lo hubiese contado jamás la abría reprochado”. El hombre además le cuenta  la historia de lo que le aconteció a Mama y cuanto esfuerzo tuvo que colocar para no dejar extinguir la llama que le daría calor a su pequeña hija. La joven cae de rodillas, se toma su cara a dos manos y comienza a llorar y gritar “perdóname Madre, no lo sabía, que tonta fui al creer tantas cosa malas de ti, mama lo siento tanto, perdóname”, la joven consumida en su llanto es abrazada por aquel hombre y le dice muy suavemente al oído ¿ahora qué has tomado a tu Mama en tu corazón, ¿qué piensas hacer?, ¿Ahora que sabes que tienes la fuerza del Koi Japones de tu padre en tu sangre? ¿Qué eliges hacer?, entonces todo queda en silencio, la joven Dragón se levanta y se da cuenta que el hombre a desaparecido, pasan algunos minutos, hay un dolor muy profundo pero a la vez la joven entiende que si Mama logro superar todas las adversidades, era para enseñarle a su hija que jamás se diera por vencida y que su padre siempre fue la fuerza que tenia pero que jamás reconocía.
Toma su bolsa y comienza a subir de nuevo, sus paso eran firmes y seguros y con voz alta se decía “por ti Mama” “Por ti Papa”. Transcurrieron tres horas y la joven Logro la cumbre ¿Pero como si el hombre dijo 3 días?, y escucho la voz del hombre que le dijo”Cuando agradeces y tomas con humildad, los caminos siempre serán más cortos y afortunados.
Pero más sorprendida quedo la joven Dragón cuando ve que al otro lado está el mundo Dragón y que solo cuando se estaba listo se podía entrar, Miro al cielo y dijo Gracias Mama, gracias por enseñarme todo lo que necesitaba. En esos momentos siente un profundo deseo de abrazar a Mama, “no lo pienses más” se dice a sí misma. Extiende sus alas y comienza a volar, grita la joven Dragón de alegría, sabía que sin esta experiencia jamás hubiese valorado lo había encontrado, que si Mama hubiera traído sin permitirle el aprendizaje, no sería lo mismo.
Entonces comienza a volar en descenso, rápidamente divisa su hogar y Mama allí en la puerta esperando, con sus ojos llenos de lagrimas, la joven cae de rodillas ante Mama, le expresa todo el agradecimiento por sus esfuerzos y le pide perdón por todo lo que le había hecho, entonces Mama la toma de la manos y la pone de pie, con su manos Mama le limpia las lagrimas y le dice “·Ya esta lista mi pequeña, yo también tuve miedo, pero tenía que traerte a este lugar para que vivieras este momento, ahora entiendes el valor de honrar y de tomar, llévame siempre en tu corazón y conquista los mundos pero recuerda que siempre estaré ahí dentro de tu corazón”. Y así fue. Cuenta la historia que existe una Mujer Dragón que se la pasa Volando por todo el mundo contando la historia del amor de una Madre y su Hija Dragón.

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