VIVIR UN DIA A LA VEZ, CONCENTRANDOME EN MIS MEJORES ESFUERZOS, Y NO EN LOS RESULTADOS, ME OFRECE UN MARCO DE VIDA MAS SALUDABLE
Concentrarme en mi esfuerzo diario mas que en los resultados me ha ayudado a bajar mi ansiedad. Vivir pendiente de si mis proyectos iban a funcionar o no me produce angustia. Prefiero hacer cada día mi mejor esfuerzo. Los resultados los pongo en manos de Dios.
La frase «un esfuerzo total es una victoria» ha probado ser cierta en mí. Independientemente del resultado, saber que hice mi mejor esfuerzo es satisfactorio y tranquilizador. Mi manía porque las cosas siempre salieran como yo quería me hizo permanecer en un estado de casi constante frustración. Le pido a mi Poder Superior oriente todos mis esfuerzos a lo que él crea conveniente. Me enfoco en trabajar siguiendo su orientación confiando que pase lo que pase, es su voluntad. Mi tarea consiste en hacer el mejor trabajo posible.
El mundo vive obsesionado por los resultados. El afán por obtener lo que se quiere ha producido mucha injusticia. Me niego a dejarme llevar por esa obsesión colectiva. No quiero que mi vida sea una eterna competencia. No quiero ser como un niño cuyo estado emocional dependa de que se cumplan mis caprichos. Quiero esforzarme a diario por dar lo mejor porque esa es mi obligación y la fuente de mi felicidad. Lo que ha de ser, será. Y será lo mejor porque viene de manos de Dios