Dejemos ir la autocrítica
¡Miren qué lejos hemos llegado!
Está bien concentrarnos en la tarea que sigue, en lo que falta por hacer. También es importante detenernos y sentirnos complacidos por lo que ya hemos terminado.
Si, puede parecer que el cambio ha sido lento. A veces, el tiempo es agotador. Sí, hemos dado pasos hacia atrás. Pero estamos justo donde se supone que debemos estar. Estamos justo donde necesitamos estar.
Y hemos llegado hasta aquí de lejos.
A veces a brincos, a veces con pasos diminutos, a veces pataleando y gritando todo el tiempo, a veces con las mangas remangadas y con los nudillos en blanco, hemos aprendido. Hemos crecido. Hemos cambiado. ¡Miren qué lejos hemos llegado!
“Hoy apreciaré mi progreso. Me permitiré sentirme bien acerca de lo que he logrado”.