Reflexiones Diarias. Escritas por los A.A. para los A.A.

4 OCTUBRE

«UNA PODA NECESARIA»

… sabemos que tuvimos que pasar por los dolores que nos traía la bebida antes de lograr la sobriedad, y tuvimos que sufrir los trastornos emocionales antes de conocer la serenidad.

— DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES, p. 92

Me gusta mucho pasar el tiempo en mi jardín abonando y podando mis lindas flores. Un día cuando estaba ocupada dando tijeretazos, una vecina se detuvo. Ella comentó, “¡Oh! sus plantas son tan bellas, me parece una lástima tener que cortarlas”. Yo le contesté, “Yo sé cómo te sientes, pero hay que quitar el exceso para que crezcan más fuertes y sanas”. Más tarde pensé que quizá mis plantas sentían dolor, pero Dios y yo sabemos que es parte del plan y yo he visto los resultados. Pronto recordé mi precioso programa de A.A. y cómo crecemos todos por medio del dolor. Pido a Dios que me pode cuando es tiempo, para que así pueda crecer.

Del libro Reflexiones diarias
Copyright © 1991 por Alcoholics Anonymous World Services, Inc. Todos los derechos reservados.

Yo sé cómo te sientes, pero hay que quitar el exceso para que las flores crezcan más fuertes y sanas…

Muchas veces quisiera no haber sido alcohólico, no tener tantas carencias de inteligencia emocional y haber sabido lidiar mejor con mis emociones negativas porque pienso que me hubiera ahorrado muchos conflictos, muchos problemas y no habría tenido tantas pérdidas. Varias ocasiones me pregunté: ¿por qué a mí?, ¿por qué esta enfermedad de la adicción?, pues mi soberbia natural me exigía respuestas concretas y claras al respecto, ya que al pensar que no era merecedor de ser alcohólico lo que estaba sucediendo era sentirme superior a los demás, mas la respuesta se me regresa fácilmente con otras preguntas: ¿por qué no?, ¿quién me creo para pensar que a mí no debe tocarme?, ¿quién soy para saber cuál es mi trabajo espiritual y por tanto soy alcohólico para realizarlo?

Las graves y pequeñas consecuencias de mis actos no han sido en su totalidad estando bajo los efectos de la intoxicación, pues bien en mi vida ha habido eventos muy desafortunados, muy equivocados, muy inoportunos, muy infaustos, muy aciagos, en fin muy desdichados en infelices por mis carencias emocionales, por el esplendor de mis defectos de carácter que me hacían ambicionar más, siempre más, de una manera compulsiva, porque aunque me fuera bien en lo académico, me fuera bien en lo económico, me fuera bien en las relaciones amorosas, me fuera bien en las relaciones sexuales, me fuera bien en lo social y en lo familiar, siempre me sentía inconforme porque me comparaba con otros, mi imaginación y mi grandiosidad exigían más, sin siquiera saber que era ese más que deseaba, no estaba nunca satisfecho y cualquier reconocimiento, cualquier logro me llenaba muy poco porque deseaba que se prolongara en el tiempo de tal manera que los demás vivieran eternamente agradecidos, vivieran eternamente admirándome y por tanto debiera ser siempre aprobado y aceptado por todos.

Cuando al hacer mi minucioso inventario moral; confesarlo; detectar mis defectos de carácter para estar dispuesto a que mi Poder Superior los elimine y pedirle que lo haga; continuar con el hecho de hacer una lista de daños y ver la manera de irlos reparando; y volver a llegar a la práctica de hacer un inventario diario para revisar mi vida cotidiana y poder realmente corregir, me queda claro que si no fuera alcohólico no hubiera conocido el Programa de recuperación, por lo que muy difícilmente me hubiera echado un clavado al interior de mi ser para revisarme, para buscar mis fallas, para admitirlas y tener la disposición de corregirlas genuinamente.

Entonces el Décimo Paso me regala la experiencia que han vivido millones de enfermos de adicción antes que yo y que se expresa de manera muy clara en la glosa del mismo: Los enfermos de adicción en recuperación “… estamos completamente de acuerdo en esto, porque sabemos que la pesadumbre que acarreó la bebida tenían que venir antes de la sobriedad, y los disturbios emocionales, antes de la serenidad.”

Precisamente por eso he tenido que pasar por el sufrimiento de tantos errores en la intoxicación, haber tirado por la borda oportunidades, logros, beneficios, también sé que mi confusión mental y emocional aun abstemio me llevó a pérdidas importantes, a dejarme guiar por la envidia, por la resentimiento, por la codicia, por la avidez, por la falta de sinceridad, la falta de consideración, en fin que mi vida estuviera regida por el egoísmo.

Entonces, pensando sólo en mí mismo y en “mis necesidades” y “mis intereses” obviamente enfrenté a muchos otros en sus instintos naturales, pasé muchas veces sobre ellos y cuando pasaron sobre mí me resentí, de esta manera mi egolatría, mi egocentrismo y mi egotismo me llevaron a hablar siempre mal de quienes no correspondían a mis deseos y caprichos; a presentarme como víctima y a auto-conmiserarme y por tanto a “sentirme el más infeliz y desdichado de los seres”.

Sólo por hoy, que estoy sobrio, lo que implica estar abstemio y estar en equilibrio emocional, puedo darme cuenta lo que me ha ido regalando cada uno de los Doce Pasos, lo que mi grupo y mi padrino me comparten, lo que la totalidad de la Comunidad de la recuperación han hecho por mí, y cómo han transformado mi existencia para que aún en medio de las aflicciones de la vida pueda sentirme sereno y por tanto pueda mantenerme limpio.

Así, el trabajo que los Pasos me dan es buscar la paz, el efecto de vivirlos es tener la oportunidad de alcanzar la serenidad y la seguridad como una forma cotidiana de estar y de ser, ya que únicamente de esta manera es que mi espíritu obtiene estar en calma para poder realizar un auténtico trabajo espiritual para entonces fortalecer a mi ser emocional, mental y etéreo. Lo importante es vivir armonizando mi fuerza de voluntad con la Voluntad de mi Dios, buscando incesante y conscientemente Su voluntad y pedir la fortaleza para cumplirla, pues de esta forma viviré con seguridad, con paz, con tranquilidad, alejándome de la perversidad, la vileza, la maldad y de toda afectación porque vibraré en una dimensión espiritual que me lleva al Camino Feliz del progreso espiritual.

Hoy, aún cuando alguna vez me invade la nostalgia de pensar que hubiera sido de mi vida si no fuera alcohólico, agradezco a Dios estar en recuperación y que me haya dotado de un Programa que me permite progresar espiritualmente y convertirme en un ser humando digno y valioso en la obra de mi Dios.

Felices 24 horas podando mi ser para mi crecimiento espiritual.

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