Quita a la víctima
“¿Es que los demás no ven cuánto estoy sufriendo?” “¿Es que no ven que necesito ayuda?” “¿Es que no les importa?”
La cosa no es que los otros vean o les importe. La cosa es que nosotros nos veamos y nos preocupemos por nosotros mismos. A menudo, cuando señalamos con el dedo a los demás, esperando que tengan compasión de nosotros, es porque no hemos aceptado completamente nuestro dolor. No hemos alcanzado ese punto de preocuparnos de nosotros mismos. Estamos esperando que otro tome conciencia de algo que nosotros aún no hemos tomado.
Nuestro trabajo consiste en tener compasión de nosotros mismos. Cuando la tengamos, habremos dado el primer paso para dejar de ser víctimas. Estamos en el camino hacia la autoresponsabilidad, el cuidado de nosotros mismos y del cambio.
“Hoy no esperaré a que otros me vean y les importe; yo asumiré la responsabilidad de estar consciente de mí dolor y mis problemas, y de preocuparme por mi mismo”.