Miedo a dar
A menudo es el temor al rechazo el que nos da miedo de darnos a los demás. La persona que se rehúsa a compartir sus experiencias en una reunión puede estar reprimiéndose a causa de este miedo. Compartir es revelar quiénes somos y dónde estamos. Si nos sentimos inadecuados, no queremos hacer extensivo este imaginario sentimiento a otras personas.
Si nuestra autoimagen es demasiado grandiosa e inflada, resulta imposible vivir conforme a ella en la realidad. Esperar de nosotros mismos la perfección nos lleva a la frustración y al miedo, ya que sabemos en lo profundo de nuestro ser que no damos la talla a nuestra imagen de perfección.
Con la humildad viene la disposición para dar lo que tenemos y lo que somos en este preciso momento, sin esperar a que seamos más elocuentes o más cultos. Lo que tenemos para compartir es lo que otro necesita recibir. Al concentrarnos más en las necesidades de los demás y menos en el concepto imaginario que tenemos de nosotros mismos, que es nuestro ego, aprendemos a superar nuestro miedo a dar. Lo que tenemos para dar ahora es suficiente por hoy.
Que no tenga miedo de dar

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