Confía en Dios
Siendo comedores compulsivos, confiábamos en la comida para animarnos, para calmarnos, para consolarnos, para alegarnos, para ayudarnos y para apoyarnos. Como la comida era suficiente para cumplir con todos estos papeles, teníamos que comer más y más, hasta que nos volvimos adictos, física y emocionalmente.
Recuperarnos de nuestra enfermedad requiere que remplacemos la dependencia hacia la comida por una dependencia hacia nuestro Poder Superior. Sólo Dios, según lo conciba cada uno de nosotros, es capaz de apoyarnos en todo momento y en toda situación. La comida simplemente no funciona para eso. Si no nos controla nuestro Poder Superior, nos controlará nuestra adicción a comer en forma compulsiva.
Al principio, puede parecernos difícil apoyarnos en un Poder que no podemos ver. Nuestra orientación materialista nos hace desconfiar de las cosas del espíritu. Llegamos a creer gradualmente, a medida que vamos siendo testigos del trabajo de Dios por medio de CCA. Vemos la evidencia de Su actividad en nuestra propia vida, y sentimos la paz y la seguridad que Él nos da. Refugiarnos en Dios es nuestra fortaleza.
Mi recuperación depende de Ti.

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