En busca de lo mejor
Nunca estaremos satisfechos con menos que lo mejor. Cuando comíamos en exceso, quizá nos conformábamos con menos de lo que éramos capaces de ser y de lograr, pero no nos sentíamos contentos así. Hay algo dentro de cada uno de nosotros que anhela el máximo crecimiento y desarrollo.
Cuando dejamos de drogarnos con comida, hacemos conciencia de nuevas posibilidades y áreas de crecimiento. Al controlar nuestra enfermedad, liberamos un potencial que había permanecido enterrado debajo de nuestra obsesión por la comida. A medida que empezamos a conocer a nuestro Poder Superior por medio de este programa, nuestro apetito se despierta otra vez por lo mejor. Aunque nos damos cuenta de que nunca alcanzaremos la perfección, sentimos el reto de ser y de hacer lo mejor que podamos, sólo por hoy.
Las vidas que se entregan al cuidado de Dios son dirigidas por la mejor de las fuerzas. Sólo dedicándonos a conocer y a hacer Su voluntad se satisface nuestra búsqueda.
Señor, Te buscamos

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