Me siento privado
Si me permito a mí mismo sentir privación, tarde o temprano comeré en exceso o reaccionaré con emociones negativas. Soy un ser humanos, un hijo de Dios que tiene los mismos derechos que el resto de Sus otros hijos. Tengo necesidades y preferencias, las cuales, si las niego o las reprimo, aflorarán en forma destructiva.
Si las personas que me rodean están disfrutando de una comida especial y yo me como las sobras de algo que en especial no me gusta, me sentiré privado. Puedo ponerme de mal humos y más tarde comer en exceso para compensar. No es necesario que coma lo mismo que los demás, si esto no está dentro de mi plan de alimentación, pero mi comida debe resultarme placentera. No es necesario que como y haga todo lo que los demás comen y hacen, pero sí puedo reconocer mis deseos y preferencias y satisfacerlos cuando el hacerlo no dañe a nadie.
Al comer en exceso, me privaba a mí mismo de tener buena salud, paz interior, autorrespeto y una apariencia atractiva. Al abstenerme, estoy reparando los daños que me causé a mi mismo a causa de esa privación. Al seguir el programa, estoy aprendiendo a satisfacer mis necesidades legítimas.
Confío en que Tú cubrirás mis necesidades