¿Hambre o tensión?
¿Qué tan a menudo hemos comido a causa de la tensión y no porque tuviéramos hambre? Aceptar que necesitamos tres comidas medidas al día sin comer nada entre ellas es establecer un patrón sensato que satisface nuestras necesidades nutricionales. Cuando estamos tensos, podemos encontrar formas de relajarnos que no dañen nuestro cuerpo el engordarlo.
Aprender a relajar los músculos del estómago nos ayuda a liberarnos del hambre por tensión. Con frecuencia, cuando hemos comido demasiado aprisa por causa de la tensión, nuestro estómago sigue enviando señales de hambre después de haber terminado de comer. No ha habido suficiente tiempo para que el proceso digestivo registre la satisfacción. Sin embargo, nosotros podemos relajar conscientemente los músculos para que desaparezca la sensación de vacío.
La mejor cura para la tensión es una fe creciente en nuestro Poder Superior. Si estamos dispuestos a confiar en Él, en las pequeñas cosas de cada día, así como en los grandes eventos de nuestra vida, seremos capaces de relajarnos y cultivar la serenidad.
Señor, disuelve mi tensión y mi hambre.