La alegría de abstenerse
Para alguien que ha sufrido la angustia física, emocional y espiritual de la compulsión de comer, abstenerse no es una restricción sino un alivio. Nos aliviamos de la indigestión, del letargo, de la grasa y del tormento de un antojo que nunca se satisface.
Si solamente pensamos en los aspectos negativos de la abstinencia, por ejemplo, en los alimentos que no podemos comer, nos sentiremos infelices. Si seguimos concentrados en la comida, en vez de en la vida y el espíritu, nos resultará difícil la abstinencia. El programa CCA nos da un nuevo sistema de prioridad y nos abre la puerta a una nueva vida si estamos dispuestos a dejar fuera nuestra preocupación por la comida y entramos de lleno en ella.
Es bueno sentirnos llenos de energía y no llenos de comida. Es satisfactorio descubrir nuevas maneras de dar. Hay un gozo profundo en el crecimiento espiritual que logramos día con día. Todas esas alegrías son producto de la abstinencia.
Damos gracias por las alegrías de la abstinencia

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