Autocompasión
«Pobre de mí» ¡Como nos pobreteamos! ¿Qué tan frecuentemente sucumbimos ante esta tentación? Por lo general es un pretexto para no hacer lo que sabemos que deberíamos, pero que no queremos hacer. O bien, es una forma de manipular a los demás para que hagan lo que nosotros deberíamos hacer. Si nos la pasamos lamentándonos de cuán injustamente nos está tratando la vida, no tendremos muchas oportunidades para descubrir el plan que nuestro Poder Superior tiene para nosotros, ni seremos capaces de hacer Su Voluntad.
Aunque suene muy trillado, la cura para la autocompasión consiste en pensar enaquellos que son menos afortunados y en empezar a contar nuestras bendiciones. Tomar algún tipo de acción, hacer algo pequeño por otra persona, quizá una llamada telefónica, ésos son pasos constructivos para dejar la «quejumbre».
Cuando empezamos a sentir lástima de nosotros mismos porque debemos seguir un plan de alimentación y no podemos comer en forma espontánea, recordemos de dónde venimos y cómo eran las cosas para nosotros antes de que encontráramos a CCA.
No necesito la autocompasión.

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