Aplácate y vive
Muchos de nosotros vivimos de prisa, al igual que comemos de prisa. A menudo nos llenamos de tantas ocupaciones que ya no disfrutamos de lo que estamos haciendo ni de lo que estamos comiendo. Nos bebemos la vida a grades tragos en vez de saborearla momento a momento.
El tener siempre prisa y demasiadas ocupaciones es una forma de egocentrismo. Engañados por un sentido exagerado de nuestra propia importancia, nos parece de crucial importancia desempeñar todas las tareas y actividades de acuerdo connuestro horario personal. Impacientes con los embotellamientos de tránsito, conla lentitud de los demás o con las inevitables demoras, nos ponemos tensos eirritables porque nos negamos a aceptar la vida como viene.
El tiempo que pasamos cada día en callada meditación nos puede hacer vislumbrar lo que es la intemporalidad de Dios. Nos damos cuenta de que, después de todo, nuestro horario no era tan importante cuando lo medimos contra la eternidad. A medida que se filtra la presencia de Dios en nuestra conciencia, nos relajamos en la plenitud y en la paz de cada momento. Confiando en que nuestro Poder Superior ordenará nuestra vida, podemos aplacarnos y disfrutar Sus dones.
Que pueda yo cambiar la prisa y la excesiva ocupación por Tu paz

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