No juzgarás
Cuando hemos recibido el don de la abstinencia y nos hemos librado del exceso de peso, a veces tendemos a exagerar nuestras críticas hacia aquellos que aún nohan tenido éxito con la parte física del programa. Quizá también critiquemosparticularmente a los que es obvio necesitan el programa, pero que aún no estándispuestos a probarlo.
Y también algunos de nosotros resentimos la presencia de aquellos que llegan alprograma con muy poco sobrepeso, o de los que tienen un peso normal, pero quesin embargo, sufren de la compulsión de comer en exceso.
En vez de preocuparnos acerca de los demás y de tratar de emitir un juicio acerca de sus necesidades y esfuerzos, sería mejor que nos concentráramos en nuestro propio progreso. Únicamente Dios entiende por completo en donde nosencontramos en un momento dado y solamente Él puede juzgar nuestra sinceridad y crecimiento interior. Podemos ayudarnos y apoyarnos unos a otros, pero cada uno de nosotros es responsable ante nuestro Poder Superior.
Abstenerse de juzgar a los demás es dejar de tratar de comparar las peras con las manzanas. Cada uno de nosotros es único y cada quien crece interiormente deacuerdo con su esquema individual.
Que no desperdicie tiempo y energía juzgando a los demás.

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