Salud mental
Una vez, hace mucho tiempo, yo era capaz de comer una pequeña cantidad de alimento extra entre comidas y luego detenerme. Lo disfrutaba mucho. Con los años, esa pequeña cantidad se fue haciendo cada vez mayor. En algún momento crucé la barrera del comer en forma racional y comencé a darme atracones.
Ahora, cuando me sobreviene la vieja necesidad de comer una pequeña cantidad extra, necesito recordar que soy incapaz de parar después de haber ingerido unacantidad razonable. Para mí, ese primer bocado compulsivo es ahora el puntodesde el cual no hay retorno. Una vez que como, cruzo inmediatamente la barrerade la cordura.
¿Cómo hago para recordarlo? Necesito protegerme contra la arrogante ilusión deque «Esta vez voy a poder manejarlo; esta vez voy a hacer un poquito de trampa».¿Cómo puedo protegerme?
El paso uno dice que somos impotentes ante la comida. Sé, por la triste experiencia, que esto es un hecho. El paso dos dice que «Llegamos al convencimiento de que un Poder Superior podría devolvernos el sano juicio». Miprotección proviene de este Poder Superior.
Señor, guárdame cuerdo

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