Telarañas e ilusiones
Nosotros, los comedores compulsivos, reaccionamos ante las harinas y azúcaresrefinados como los alcohólicos reaccionan ante el alcohol. Cuando comíamos enexceso, nuestro pensamiento estaba obnubilado. Entre más comíamos másconfundidos nos sentíamos. A menudo vivíamos en un mundo de telarañas eilusiones y éramos incapaces de separar la realidad de la fantasía.
Este pensamiento nebuloso provocó todo tipo de complicaciones en nuestrasrelaciones con los demás y disminuyó nuestro nivel general de eficiencia. Descubrimos que nos enojábamos mucho y nos poníamos irracionales cuando lascosas no salían como queríamos. Con frecuencia les hacíamos la vida imposible anuestras familias, descargando en ellas nuestra ira. A veces escapábamos a unmundo de fantasía donde éramos omnipotentes y donde dábamos gusto a todosnuestros caprichos.
Cuando llegamos a CCA y empezamos a practicar una rigurosa honestidad,descubrimos que para poder ser honestos debíamos abstenernos del tipo de comida que causaba confusión en nuestro pensamiento. ¡Es sorprendente, cómo la abstinencia puede desterrar las telarañas e ilusiones!
Gracias, Señor, por la cordura

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