¡No descanses!
Se requiere de un esfuerzo adicional para guardar la abstinencia durante un periodo particularmente difícil en el que somos tentados en forma especial. Al recibir visitas, al hacer visitas familiares, al enfrentar una crisis; hay épocas en que necesitamos echar mano de toda nuestra fortaleza para no abandonar la abstinencia.
Una vez que ha pasado la crisis, suspiramos con alivio y nos sentimos agradecidos de que la vida haya vuelto a la normalidad. Esto, para muchos de nosotros, es la zona de peligro. Habiendo sorteado la difícil situación, creemos que estamos a salvo y bajamos la guardia. Incluso, podemos llegar a creer que merecemos una recompensa por hacer dicho “no” a la tentación.
Recordemos que la mejor recompensa es la abstinencia continua. Nunca estamos a salvo de comer en forma compulsiva. Siempre estamos a n bocado de distancia de un atracón. Nunca podemos dejar de estar vigilantes sobre nuestros pensamientos y acciones.
Cuando estemos preocupados, recordemos que la fortaleza que necesitamos no viene de nosotros, sino de nuestro Poder Superior. Recarguemos nuestras baterías por medio de la oración de la meditación y del contacto con otros miembros de CCA.
Sostenme, Señor, cuando me siente tentado a sucumbir