La abstención

Al principio, eliminar todo tipo de azúcar y harina refinadas podrá parecer difícil y hasta imposible. Sin embargo tomar la decisión de evitar este tipo de comida que dispara el antojo por comer más y más es lo que abre la puerta a la libertad: a liberarnos de los antojos y de la grasa.

No nos liberamos inmediatamente. Algunos experimentamos los síntomas de la privación, que a veces causa molestias físicas; otras emocionales, y algunas más de ambos tipos. Es importante recordar que esta molestia desaparecerá, y que si seguimos absteniéndonos de consumir azúcar y harina refinadas, pronto nos sentiremos mucho mejor, tanto que nuestros cuerpos y nuestras vidas parecerán nuevos.

Para poder entrar en el mundo de la libertad debemos pasar por la puerta de la abstinencia. No tenemos por qué temer a las molestias de la privación. A menudo, crecer es doloroso. Muchos que han estado ahí antes que nosotros opinan que la libertad que se alcanza bien vale el sufrimiento pasajero. Nuestro Poder Superior nos dará la fuerza para soportarlo y nunca nos presionará a ir más allá de nuestras posibilidades. Cuando estemos tentamos a rendirnos, una plegaria y una llamada telefónica pueden ser nuestra salvación.

Condúcenos a la libertad, te rogamos

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