Sabias que…
❏ Cuando llevar el mensaje era suficiente
La sobriedad llega de muchas formas, en todo tipo formato, color y tamaño . Si se’ espera, no suele presentarse, para aparecer cuando no nos estamos fijando. Como lo descubrió Jay M., de Akron , Ohio, «Dios, y no nosotros, decide quien va a lograr la sobriedad. Nuestra tarea es llevar el mensaje y dejar en Sus manos los resultados. Segun mi experiencia, digo agradecidamente, me llegó ayuda adicional de una fuente inesperada.» Al relatar su historia en la Conferencia del Este Central efectuada el pasado mes de agosto en Lansing, Michigan, Jay dijo que todo empezó en julio de 1982. «Habia dejado de beber,» dijo, «pero difícilmente estaba sobrio porque no habla cambiado mi forma de vivir. Al principio de mi sobricdad cometí un delito de tipo administrativo por el que finalmente me agarraron en 1995. Y asi, con 13 años de ‘sobriedad: me encarcelaron mas de dos años en una prisión federal de seguridad mínima.»
En la prisión , cuenta Jay, «teníamos una reunion de A.A. ala semana. Había allí conmigo un caballero con diez años de sobriedad y entre los dos organizabamos las reuniones. El noventa y nueve por ciento de las personas que asistía lo hacian porque la institución los obligaba; la mayoría no quería estar allí y perturbaban el desarrollo de la reunión , burlándose y riéndose de lo que estaba pasando. Uno de los peores era Rico, de Akron. Si buscas en el diccionario Ia palabra ‘punk’, alli estara su foto.
«Había 389 hombres en aquella institución , y fuera cual fuera el crimen por el que estaban allí , el alcohol y las drogas eran normalmente una de las causas. No teniamos literatura, solo mi Libro Grande. No teníamos dinero para comprar literatura, y mi (antiguo) grupo base rehusó ayudamos, diciéndome que deberíamos ser ‘automantenidos.’ Asl que aparte de lo que compartiamos Jim y yo, no teniamos nada que ofrecerles. Me parecía que estaba en una isla, abandonado. Decesperado, escribí a la Oficina de Servicios Generales de Nueva York para pedir ayuda. «Lo unico que sabía de Ia G.S.O. era que les enviabamos dinero una vez al año y que era la Sede de A.A., asi que no tenia muchas esperanzas. Pero al cabo de tres semanas , el consejero de mi planta me llama a su oficina y me enseño un paquete que había llegado de la G.S.O. lleno de Iiteratura y ejemplares de Libro Grande en rustica. Comprendi que ‘Nueva York’ era algo mas que un monolito anonimo que siempre pedia dinero. ‘también me decian que pronto se pondrian contacto comnigo del Comité de lnsfituciones Correccionales local.»
Después de salir en libertad en mayo de 1998, Jay regreso a Akron. En diciembre, mientras se encontraba en una reunión de su nuevo grupo base, «de pronto apareció Rico. Me dio un abrazo diciendo , ‘Hombre, me salvaste Ia vida No podía hacer nada en Ia prisión debido ami reputación, pero escuche lo que decías . Leí el libro en mi cubículo, cuándo estaba solo. Hace un mes que estoy sobrio. Te apreció, hombre, tu te preocupaste por mí.»
Dice jay: «Me quede atónito. Me di cuenta de que en la prision algunos de aquellos hombres que se estaban burlando por fuera estaban realmente escuchandonos a ,Jim y a mi por dentro. Pero nunca hubiéramos podido llevar el mensaje de A.A. sin aquel paquete salvador de la G.S.O.»
Debido principalmente a esta experiencia, dijo Jay a los asistentes a la conferencia regional, «Me he dedicado activamente al servicio. Ahora soy M C.D. (Miembro de Comite de Distrito) y sirvo en el Comité local de Archivos Historicos. Los Doce Pasos me salvaron la vida, pero el servido me ha salvado el alma.»
Box459 feb-mar 2000