DECIR NO ES UN DERECHO BASICO.Si siempre dices «Sí» por cortesía a los demás, es importante que sepas que estás siendo muy descortés con alguien todavía más importante que todos los demás… ¡TÚ!
DECIR NO
Hay pocas personas que sean capaces de decir que no cuando un conocido les pide algo. A veces es porque tienen miedo de parecer egoístas o maleducadas, especialmente si no pueden hallar una buena razón para negarse. No obstante, aprender a decir no puede ser esencial para su bienestar, Cargar con demasiadas cosas puede provocar un estrés excesivo, lo cual, como todos sabemos, acarrea sus propios problemas.
Si usted es de esas personas que tienen problemas para decir que no, seguro que en su trabajo se encontrará la mesa llena de cosas para hacer. En el ámbito social, la persona que no sabe decir no a alguien que sea muy persistente se puede enfrentar a problemas aún mayores.
Ayudar a los demás y estar dispuesto a hacer un favor es muy distinto a sentir que se están aprovechando de ti. Algunas personas tienen miedo de dejar de agradar a la otra persona si se niegan a hacer lo que les pide. (Aunque, si la única razón por la que usted les cae bien es porque es un esclavo voluntario so, ¿desea realmente su admiración?) A otras les puede preocupar la reacción que pueda tener la otra persona si se niegan: ¿tendrán que hacer frente a su agresividad? Esto es menos frecuente de lo que imagina, pero si se produce ya habrá aprendido algo sobre cómo manejar la situación, y todavía aprenderá más.
No saber decir que no -sea cual sea la razón-, puede traer problemas a corto o a largo plazo.
Está bien recordar el viejo refrán que dice: «Si quieres que se haga algo, pídeselo a una persona ocupada», pero todo el mundo tiene sus límites. No cabe duda de que un firme pero respetuoso «no» de buen principio (concediendo tiempo de ese modo para que se pueda solicitar el favor en otra parte) es mejor que aceptar y luego no poder cumplir la promesa. No va le la pena hacer un mal trabajo por no haber tenido tiempo para dedicarle toda su atención. Esto no beneficiará a su reputación ni agradará a quien desea complacer.
Lisa es la competente y eficiente asistente personal del director ejecutivo de una pequeña agencia de importación. Puesto que es tan capaz y diligente, su jefe siempre amontona el trabajo sobre su mesa diciéndole, como cabe esperar: «Esto es urgente». Da do que no le dice qué trabajo tiene prioridad, no hay modo de que Lisa pueda saber cuál es realmente el más importante. Está sobrecargada y ya no da más de sí; sin embargo, todavía es incapaz de decir que no a su jefe. ¿Por qué?
- No quiere dar la impresión de no ser eficiente o de que no desea hacer lo que se le pide.
- Teme que su jefe se enfade si le dice que n puede hacerlo todo.
- Tiene miedo d que la bajen de categoría o, lo que es peor, teme perder su empleo.
- Al igual que la mayoría de las personas, Lisa quiere agradar y que la aprecien.
Vamos a considerar cada uno de estos factores.
Lisa ha estado trabajando para la misma empresa durante años. Su jefe ha tenido mucho tiempo para observar y apreciar sus habilidades. Siempre ha trabajado de firme y nunca ha dado motivos para que nadie pensara que no estaba dispuesta a poner todo su empeño.
Teniendo en cuenta todo esto, no es probable que su jefe piense que no tiene ganas de trabajar o que no está capacitada para realizar su labor.
A nadie le gusta tener que enfrentarse a la agresividad o la ira, especialmente si se trata de alguien con quien ha de trabajar a diario. No obstante, siempre que Lisa responda asertivamente a las exigencias excesivas de su director, podrá controlar la situación en el supuesto poco probable de que éste se pusiera furioso con ella.
Lisa ya ha demostrado sobradamente que hace todo lo que puede y que es una buena secretaria y, si hay tanto trabajo, lo que está claro es que su jefe no va a echarla a la calle o bajarla de categoría. Eso su pondría buscar a otra persona y enseñarle para que pudiera hacer lo mismo, posiblemente no con tanta eficacia.
Todos queremos agradar y ganarnos el aprecio de los demás, pero es mucho más probable que Lisa lo consiga si es sincera y directa con su jefe, que si sigue esforzándose sin decir nada hasta que un día se desmaye de agotamiento. Si defiende sus principios y le hace ver la situación, ganará su respeto y puede que consiga concienciarle de la magnitud de sus exigencias. También existe la posibilidad de que, al no haber hecho nunca el trabajo de Lisa, no pueda apreciar cuánto tiempo y esfuerzo supone.
¿Cuál es el posible resultado de que Lisa se retraiga y no diga nada? El trabajo seguirá apilándose sobre su mesa. Puesto que no sabe qué es lo más urgente, es posible que algunas cosas no estén hechas a tiempo, lo cual puede acarrear que su jefe se enfade con ella.
Si no descansa de la agobiante situación en la que se encuentra, puede llegar a enfermar.
Esto significa ría ausentarse del trabajo durante un tiempo obligan do a su jefe a buscar una sustituta, temporal o fija.
Aunque no llegue a enfermar físicamente, la preocupación y la ansiedad que experimenta por la situación pueden destruir su calidad de vida.
Supongamos que Lisa aprende a ser asertiva y se niega aceptar otro trabajo «urgente». Quizás él se dé cuenta de que sus expectativas respecto a ella no son realistas y de que la está presionando demasiado.
Él respetará su sinceridad y es más probable que en el futuro la trate con más consideración.
No obstante, lo más importante es que el respeto que Lisa siente hacia sí misma aumentará. Actualmente, no se tiene en muy alta estima porque, por una parte, no puede abarcar todo el trabajo que le dan y, por otro no tiene el valor para remediar la situación.
Su jefe, al darse cuenta de las circunstancias, podrá ayudarla temporalmente indicándole qué es lo que tiene prioridad, o bien permanentemente poniéndole un ayudante.
¿Cómo puede negarse Lisa de forma asertiva, exponiendo su problema de modo que todos salgan ganando? Ha de explicar su caso demostrando que tiene más trabajo sobre su mesa del que puede hacer y pedirle a su jefe que le indique la urgencia de cada uno de los trabajos. Tiene que dejar claro que no puede añadir más cosas al montón, a menos que lo último que llegue sea realmente más urgente que todo lo demás, en cuyo caso se dedicará primero a ello, y el resto de las cosas descenderán un escalón en la escala de prioridades. Ha de conservar la calma, hablar sin cambiar el tono de voz y mantener el contacto visual en todo momento.
Hay muchas formas de decir no, pero la única forma de hacerlo y de conservar el respeto hacia uno mismo es siendo asertivo.
Muchas personas acaban dando excusas -que por lo general son mentiras- para evitar algo que no desean hacer: «Por supuesto, gustaría llevarte al aeropuerto, pero hoy tengo que a una reunión importante». Esto puede ayudar a salir del paso, pero hace que uno se sienta mezquino y cobarde.
Contrariamente a lo que sucede en el trabajo, a veces hay situaciones en la vida privada en las que tenemos miedo de perder un amigo si decimos no.
Mary le pregunta a Sue si puede llevarla a ver a su madre, que vive bastante lejos. Sue, encantada de hacerle un favor a su amiga, asiente. La siguiente vez que Mary quiere visitar a su madre, da por hecho que Sue la va a llevar. Sue, que la primera vez le hizo el favor encantada, no quiere que esto se convierta en un hábito. No obstante, aprecia a Mary y no le gustaría perder su amistad. ¿Qué ha de hacer?
Si Sue no dice nada y sigue haciendo de chofer de Mary cada vez que ésta visite a su madre, pronto albergará resentimiento y es muy probable que vaya en aumento en cada viaje que haga. Al final, es posible que acabe plantando cara a su amiga y se niegue a hacer más viajes.
Debido al resentimiento que habrá acumulado, puede llegar a acusar a Mary de egoísta y poco considerada, o de aprovecharse de su amistad. Si Mary ni siquiera se había dado cuenta de que a Sue le molestaba llevarla a casa de su madre, le sorprenderá este arranque de mal genio y se enfadará por la agresiva actitud de su amiga.
Si Sue decide decir no, después del primer viaje, puede que se sienta un poco nerviosa al pensar en lo que tiene que decirle a Mary, pero, como no ha dado pie al resentimiento, probablemente abordará la situación con calma y con una actitud positiva, ayudando a su amiga a buscar otra solución a su problema. Con toda certeza, se sentirá mejor consigo misma una vez se haya reafirmado y aclarado su postura.
Mary quizá se quede un tanto desconcertada ante la negativa de Sue, pero también es posible que empiece a darse cuenta de que quizá estaba pidiendo demasiado. Lo más probable es que en el futuro sea más considerada.
También cabe la posibilidad de que Mary se enfade, se ponga agresiva o de que haga chantaje emocional a su amiga retirándole su amistad. En tal caso, Sue habrá de cuestionarse si Mary alguna vez fue realmente su amiga o si tan sólo la estaba utilizando. Si la relación es auténtica, siendo asertiva y amable Sue pronto podrá reparar cualquier fricción temporal.
Recuerde que como persona asertiva siempre tiene derecho a decir no y debería poder hacerlo sin sentirse culpable. Puede elegir dar una explicación, pero no es lo mismo que dar una excusa.
Si algún conocido le pide dinero, pero usted prefiere no prestárselo y le dice «Me encantaría pero yo también voy muy justo», estará mintiendo y será muy consciente de ello. No sólo se sentirá mal, sino que puede que cada vez que entre en una tienda mire furtivamente hacia atrás o esconda las compras, por si le está viendo la persona a quien le ha negado el dinero y se da cuenta de que le ha mentido.
No obstante, si su respuesta a la pregunta es «Tengo por norma no prestar nunca dinero», se está negando que es lo que usted desea), está siendo muy en y la otra persona no sentirá que está pasando de ella o que recibe un trato injusto.
GUÍA PASO A PASO PARA DECIR NO
GUÍA PASO A PASO PARA DECIR NO
1. Pregúntese si la petición es razonable y si desea aceptarla o rechazarla. (Si le resulta difícil aclarar sus ideas, probablemente lo mejor será decir no.
2. Si cree que necesita más información, pídala.
3. Si llega a la conclusión de que quiere decir no, hágalo.
4. Sea breve, dé una explicación, pero no una sarta de excusas.
5. No se disculpe. Si empieza a decir «Lo siento pero…», está invitando a la otra persona a que in tente manipularla jugando con sus sentimientos de culpa.
6. No basta con negarse. Si realmente desea ayudar a la otra persona (aunque usted no quiera hacer lo que le ha pedido), escuche asertivamente lo que tenga que decirle y repita lo que le ha dicho para que sepa que siente empatía hacia ella. Luego explíquele su razón para negarse y por último compruebe si puede ayudarla a encontrar otra solución a su problema.
¿POR QUÉ ES TAN DURO DECIR NO?
Falta de autoestima
A muchos nos han educado en la creencia de que la modestia es una virtud, y lo es desde luego, a nadie le gustan los fanfarrones. Eso no quita que usted tenga todo el derecho a sentirse orgulloso de sí mismo por sus logros y por ser como es. Trate de adoptar la costumbre de recordarse sus éxitos y tenga presente que, cuando alguien intenta menospreciarle, en realidad sólo está demostrando sus sentimientos de inseguridad.
Escriba una lista de las cosas de las que se sienta orgulloso: ¿cuáles son sus talentos y habilidades? Todos las tenemos, ya sea saber sumar una hilera de números, hacer un fantástico pastel o superar el miedo al agua para aprender a nadar. Haga la lista durante varios días para evitar la influencia de los estados de ánimo de un momento en particular.
Pregunte a sus amigos y familiares qué es lo que creen que usted ha ce bien (puede tener algunas sorpresas agradables). Ponga la lista donde pueda verla, mírela cada día y léala en voz alta. No está diseñada para que se le suban los humos, sino para mejorar su opinión de sí mismo.
AUTOIMAGEN NEGATIVA
Los sentimientos negativos van siempre de la mano de la tensión y el agotamiento. No le quepa duda de que si no tiene confianza en sí mismo los demás también se darán cuenta de ello, por más que intente esconderlo. Ya sea a través de sus palabras, del tono de voz o de su lenguaje corporal, estará irradiando su falta de seguridad con la misma claridad que si estuviera anunciándolo en una valla publicitaria. Si los demás le perciben como alguien que no confía en sí mismo le tratarán del mismo modo. Esto a su vez intensificará esos sentimientos negativos y se creará un círculo vicioso del que le será difícil escapar.
Quizá no esté seguro de si está proyectando esa imagen negativa. Piense en su lenguaje corporal: ¿qué postura suele adoptar? ¿Mira a las personas a los ojos o evita su mirada? Escuche su voz: ¿sube el tono al final de la frase o siempre es tenue y débil? ¿Utiliza muchas de las siguientes frases en su conversación?
. No puedo…
. Nunca podré…
. Me pone muy nervioso…
. No vale la pena…
Ser negativo no sólo produce trastornos psicológicos, sino que éstos también pueden manifestarse en el plano físico. Es probable que tengamos cefaleas, dolor de estómago, insomnio, tensión muscular y otros muchos. Dado que estos síntomas se suman a los sentimientos de negación, la situación no hace más que empeorar, hasta que decidimos hacer algo positivo para romper el círculo.
Cuando su actitud es positiva está mucho más relajado, mental y físicamente. Tiene más confianza en su capacidad para hacer las cosas. Esto no significa necesariamente que siempre vaya a ganar. Puede que se presente a una entrevista de trabajo y descubra que hay alguien mejor preparado para el puesto. No obstante, siempre que usted sepa que hizo todo lo posible para prepararse y que actuó bien durante la entrevista, no tendrá nada que reprocharse. Se sentirá decepcionado, pero su autoestima no se resentirá a largo plazo.
La negación atrae a la negación, y lo positivo a lo positivo. Ya hemos visto cómo los sentimientos (y la conducta) negativos hacen que los demás le vean como una persona insegura. Afortunadamente, lo contrario también es cierto. Si se presenta como una persona segura y positiva, así es como los otros le verán; por tanto, reaccionarán de acuerdo con esa actitud. En lugar del círculo vicioso, habrá creado un círculo benigno.
Además de trabajar sus pensamientos y sentimientos, intente dar la impresión de que está seguro de sí mismo y descubrirá que su confianza va en aumento. Empiece por cerciorarse de que su lenguaje corporal es el de una persona asertiva. Luego con céntrese en su tono de voz y en su entonación. Diga frases afirmativas en su conversación, como:
. Estoy seguro de que…
. Haré todo lo posible…
. Se me da muy bien…
Anteriormente sugerí que escribiera una lista de sus éxitos. Ahora, haga otra, esta vez de veces que ha actuado de forma negativa. Elija una de esas ocasiones y escriba un breve guión para usted mismo explicando (en tiempo presente) cómo actuaría sintiéndose positivo. Por ejemplo:
«Me han pedido varias veces que me presentara para miembro del comité de una organización que recoge fondos para obras de beneficencia. Siempre me he negado.»
«Me piden que me presente para miembro del comité. Acepto con gusto porque deseo desempeñar mi función de apoyo en una causa en la que creo. Hay otras personas en este comité, así que, si en algún momento no tengo claro lo que he de hacer, siempre habrá alguien que me podrá aconsejar.»
Cuando haya escrito su guión, cuélguelo en algún sitio donde pueda verlo. Léalo en voz alta. Visualice se en esa situación positiva. Pronto descubrirá que la imagen más segura de usted mismo es aceptada por su mente consciente y su subconsciente.
EL SENTIMIENTO DE CULPA
El sentimiento de culpa es una de las emociones más destructivas, y la mayoría de las personas la experimentamos en mayor o menor grado, tanto si es por algo que hemos hecho como por algo que no hemos sido capaces de hacer. No es un sentimiento agradable, por eso, cuando alguien nos pide algo que no queremos hacer, dudamos antes de negarnos por que tememos volver a experimentar ese terrible sentimiento.
Quizá valga la pena analizar qué es lo que nos hace sentirnos culpables y por qué tiene ese efecto sobre nosotros. La predisposición a sentirnos culpables puede haberse originado en la infancia, especialmente si teníamos el tipo de padres o profesores que nos hacían sentirnos culpables por cada falta, por pequeña que fuera, Es evidente que hemos cometido errores en el pasado, como todo el mundo. Todos podemos recordar acciones que desearíamos no haber hecho o palabras que preferiríamos no haber pronunciado. Recordar los errores del pasado es útil sólo cuando aprendemos de ellos. Mirar atrás para aumentar el sentimiento de culpa supone un gran derroche de energía. Sería mucho mejor darle la vuelta a esa energía y emplearla para algún propósito más positivo.
Si hay algo del pasado que le hace sentirse culpable, en vez de intentar confinarlo en algún lugar recóndito de su mente (donde le hará más daño), de téngase a estudiarlo y hágase unas cuantas preguntas.
. ¿Surgen los sentimientos de culpa debido a algún accidente o a una acción deliberada por su par te? La intención es muy importante en sus sentimientos. No es lo mismo romper accidentalmente un precioso ornamento que lanzarlo deliberadamente contra la pared, aunque el resultado final sea el mismo. Si ha cometido un error, lo único que puede hacer es tratar de remediarlo de la forma más apropia da posible y proponerse que no vuelva a suceder.
. ¿Ha cambiado su actitud o su conducta desde el día en que se produjo ese sentimiento de culpa? Si es así, siempre que el cambio sea para mejor, quizá tenga que sentirse agradecido porque esa situación le ha ayudado a ser mejor persona.
. ¿Su sentimiento de culpa se debe a las palabras de otra persona? Algunas personas se sienten muy bien echando la culpa de todo a los demás. En ese caso, reflexione detenidamente sobre la situación. ¿Hasta qué punto fue culpa suya y hasta qué punto esas palabras se debían a la inseguridad del acusador? En el caso de que ambos partan del mismo punto, ¿lo que a uno le parece mal también se lo parece al otro? Si no es así, ¿por qué acepta automáticamente que la opinión de la otra persona era la correcta?
LA NECESIDAD DE AGRADAR
Esto vuelve a tener relación con la autoestima. Si usted realmente no se agrada o se aprecia, sentirá la necesidad de que los demás siempre le estén demostrando lo bien que les cae.
Puede estar seguro de una cosa: aunque lo haga todo bien, no podrá complacer a todo el mundo. Nadie tiene la culpa de ello, todos somos diferentes. Hacer todo lo que te piden para caer bien a todos está destinado al fracaso. Sólo es posible que los demás aprecien sus cualidades positivas y respeten sus habilidades, si usted lo hace primero. Los demás no van a valorarle sólo porque se convierta en su «siervo» y haga todo lo que ellos quieran. Cuando usted se res pete a sí mismo, se dará cuenta de que ni siquiera le importan las personas a las que no les agrada.
Hasta en el caso de que usted no lo admita, los demás pronto se darán cuenta de que la única razón por la que hace todo lo que le piden es por su desesperada necesidad de agradar. Los que no tienen escrúpulos se aprovecharán de esto y depositarán cargas aún mayores sobre usted. Todos sabemos qué tipo de persona se convertirá en su «amiga», siempre que esté dispuesto a satisfacer sus deseos. Pero ¿necesitamos realmente ese tipo de amistades?
Tiene derecho a decir no cuando eso es lo que de sea hacer; como persona asertiva tiene derecho a defender sus derechos, sin olvidar por ello que los de más también tienen derecho a defender a los suyos.