Reflexiones Diarias. Escritas por los A.A. para los A.A.

11 MAYO

«UNA NUEVA SENSACIÓN DE PERTENECER»

Hasta que no hablamos con perfecta franqueza de nuestros conflictos y no escuchamos a otro hacer la misma cosa, seguíamos con la sensación de no pertenecer.

— DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES, p. 54

Después de cuatro años en A.A., al fin pude liberarme de la carga de emociones escondidas que tenía y que me habían causado tanto dolor. Con la ayuda de A.A. y otro asesoramiento fui liberado del dolor y pude sentir una sensación de pertenecer y de paz interior. También pude sentir una alegría y un amor a Dios que nunca había experimentado antes de eso. Me llena de admiración el poder del Paso Cinco.

Del libro Reflexiones diarias
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Hablar sin tener que escoger las palabras, sin tener miedo ni preocupación de ser juzgado, hacerlo sin sentirme el peor ser humano, en fin dialogar y compartir mi intimidad profunda […] me regala serenidad, valor y sabiduría.

Cuando tengo mi primer contacto con el mundo de la recuperación no tengo la disposición de hablar francamente con mis compañeros de mi historial pues aquello que realmente me pesa, me avergüenza y me remuerde pienso que es algo que no quiero compartir.

Por invitación de los terapeutas, consultores y compañeros pongo a mi propia consideración no quedarme con nada para aligerar mi carga, entonces determino que a mi terapeuta que, al mismo tiempo, es un compañero o compañera con muchas veinticuatro horas sí puedo comenzar a decirle estos hechos, actos, pensamientos y emociones que han marcado mi vida, en realidad es mi primer padrino.

Después al ir transcurriendo los días comencé a observar la empatía que hay con mis compañeros y observo el fenómeno de que comienza una especie de terapia porque compartimos lo que nos ha pasado, las dudas, las cosas que no entendemos, aquello con lo que tenemos una postura de negación y discusión, y empieza un fenómeno donde poco a poco vamos retro alimentándonos y dándonos ánimo para ir teniendo aceptación y con ello abrir sin cortapisas el auténtico historial.

De esta forma se va dando el compartimiento de nuestra mutua experiencia, fortaleza y esperanza para ayudar a otro enfermo de adicción a ir alcanzando el estado de sobriedad y reconocer el alcoholismo y/o la adicción así como iniciar a hablar de todas mis consecuencias. además al hacerlo quien realmente sale más beneficiado soy yo mismo pues en el Programa de recuperación trabajar con otro alcohólico y/o adicto siempre funciona.
Comencé a hablar con franqueza en tribuna, con mis compañeros y con mi padrino y esto me permitió darme cuenta de que hemos vivido lo mismo y que solamente hemos tenido diferentes escenarios y esto me abre la mente para leer y estudiar el Libro Grande y los Doce Pasos de una manera en que me identifico con cada línea y párrafo que se escribe, mi mente abierta me lleva a leer la demás literatura, folletos de A.A. y N.A. de tal forma que me van mostrando una solución y me regala la dádiva de la experiencia para saber que puedo vivir bien, sólo por hoy.

Observo la contundente realidad de que al hacer catarsis, apadrinarme y compartir con otro compañero y escuchar la catarsis, apadrinar y recibir el compartimiento de otro se construye el puente de comprensión y de fortalece así como mi sentido de pertenencia.
Así, en mi caso personal, me preparo para mi Quinto Paso y adquirir la sinceridad y honestidad para no guardarme nada, para aceptar las sugerencias y tener el acto de humildad de expresar y de reconocer la naturaleza exacta de mis defectos de carácter, aprendiendo que mis compañeros y mi padrino son un conducto del Poder Superior para admitir todo aquello que profundiza en mi autoconocimiento para mi propia liberación.

Hablar sin tener que escoger las palabras, sin tener miedo ni preocupación de ser juzgado, hacerlo sin sentirme el peor ser humano, en fin dialogar y compartir mi intimidad profunda y realmente me regala vivir en paz, me hace sentir el gran amor de Dios y de la Fraternidad, me regala serenidad, valor y sabiduría.

Cuando me asaltaba la duda, el miedo, la culpa y la vergüenza para no querer compartir algo de mi inventario moral solamente actualizaba el beneficio que me ha regalado el compartimiento auténtico que me sugiere el Programa y con ello el despertar espiritual que he ido teniendo, de esta manera pido a Dios en mi oración y meditación diaria y en una especial que abra mi mente y mi corazón para dejarle mi carga a Él a través de la confesión y reconciliación de mi inventario moral histórico y diario, de tal forma que al conocer la naturaleza exacta de mis emociones negativas de mis pensamientos erróneos, depravados y nefastos por ende de mis malos actos me voy congraciando conmigo mismo, con Dios y con mis semejantes.

Voy viviendo una nueva sensación de tranquilidad, libertad y amor en mi vida.

Felices 24 horas perteneciendo al mundo de la recuperación.

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