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SINDROME DE HIJOS ADULTOS

    Síndrome de Hijos Adultos de Alcohólicos

    Las personas que crecen en familias alcohólicas tienen comportamientos y síntomas comunes. Esos síntomas y comportamientos que tienen en común son los que conforman el Síndrome de Hijos Adultos de Alcohólicos.


    Cuando los niños nacen y crecen en este sistema de familia disfuncional se interrumpe el desarrollo saludable de ellos. La diferencia entre una familia normal o funcional y una familia disfuncional o alcohólica, es que la familia alcohólica limita y controla las acciones y las emociones de los miembros individuales. La familia funcional por su parte, hace todo lo contrario, permitiendo que cada persona tenga libertad de expresión y de crecimiento.

    Hay cuatro tipos de familias alcohólicas. Te las voy a describir brevemente para ver si identificas a tu familia en alguna de ellas:

    1. Tipo 1: Es una familia con alcoholismo activo. Ha existido en padres, hijos, abuelos, etc. Cada generación de este tipo de familia tendrá que lidiar tanto con alcoholismo como con el Síndrome de Hijos Adultos de Alcohólicos. Muchas personas que crecen en este tipo de familia ven todo normal, ya que todo el mundo bebe en exceso y solamente se asocian con otras familias que beben alcohol de manera similar.
    2. Tipo 2: En este sistema familiar el miembro activo alcohólico ha dejado de consumir alcohol. Sin embargo, a pesar de que la sustancia ha sido eliminada, la familia sigue funcionando como una familia alcohólica, ya que si la familia se mantiene sin tratamiento, el comportamiento alcohólico seguirá existiendo.
    3. Tipo 3: En este sistema el beber activamente ha sido eliminado por una o varias generaciones. En este caso el abuelo o bisabuelo fue alcohólico activo. Aunque no hay bebedores de manera adictiva en la familia, los comportamientos de aquel abuelo o abuela alcohólica han sido pasados de generación en generación y la familia continúa actuando de manera disfuncional. Muchos hijos adultos de alcohólicos vienen de este tipo de familia y les cuesta aceptarlo, ya que sus padres no bebían alcohol de manera compulsiva o alcohólica.
    4. Tipo 4: Esta es una familia sin alcohólicos. Un miembro de esta familia se convierte en alcohólico. La familia empieza a funcionar como una familia alcohólica.

    Ciertamente tu padre y madre bebían alcohol (asumo que de manera compulsiva, obsesiva y sin importar las consecuencias) probablemente te identificaste con la familia tipo 1. Si no es así, podés hacer una investigación de tus antepasados y puede ser que tus padres ya trajeran los comportamientos de una familia alcohólica y que ellos en sí también sean hijos adultos de alcohólicos.

    Bien, una vez que se acepta el haber crecido dentro de una familia alcohólica, es importante tener claras las Cuatro (4) reglas que rigen el comportamiento de este tipo de familia. Entender estas reglas te ayudará a aclarar el porqué de muchas de las actitudes, comportamientos y sentimientos que estás teniendo ahora en tu vida adulta.

    Estas reglas son las siguientes:

    1. LA REGLA DE RIGIDEZ: La familia alcohólica es inflexible. No se adapta fácil al cambio ni permite a sus miembros hacerlo. Por ejemplo: A medida que el consumo y la ingobernabilidad del enfermo alcohólico aumenta se vuelve más impredecible su comportamiento. Como el niño cuyo padre es alcohólico y no sabe por qué él se molesta, sólo sabe que en cualquier momento explota y le pega cuatro gritos. Para adaptarse a esta vida de reacciones impredecibles la familia pone normas rígidas a los miembros no alcohólicos de la casa para evitar el caos. Por ejemplo, decirle a ese niño que nunca se le acerque a su papá a no ser que él lo llame. Esto por supuesto no es normal, ya que para que un niño crezca sano y pueda madurar, necesita vivir en un lugar donde hay espacio para poder experimentar con la vida. Cuando estos niños se convierten en adultos, en muchos casos, son todavía como niños emocionalmente. Esto se hace obvio cuando los hijos adultos de alcohólicos se relacionan con sus padres ya que, aunque son adultos, siempre tienen ese sentimiento de “niño chiquito” cuando están junto a ellos. Les da miedo exponer sus sentimientos o ponerles límites a sus padres.
    2. LA REGLA DEL SILENCIO: Los miembros de la familia alcohólica tienen una regla de silencio donde no se permite hablar de lo que está pasando en la familia. Esta regla incluye no sólo a las personas externas a la familia sino incluso a los miembros de la familia. Tampoco se habla de sentimientos. Esto hace que estos niños al crecer tengan dificultad en expresar sus sentimientos. Una de las razones por las que la familia alcohólica evita la comunicación es porque esto implica cambio, y cambiar es lo último que quieren. Los padres no quieren enfrentar la realidad y ver el dolor que están causando porque entonces tendrían que cambiar y esto va en contra de su regla de rigidez. Al no tener con quien hablar y nadie adulto que le explique, el niño se ve forzado a interpretar lo que pasa en su hogar. Luego como adultos, estos niños tienen dificultad en hacer preguntas. Ellos sienten que deberían saber las respuestas. La única manera en que un hijo adulto de alcohólico puede liberarse de la regla del silencio es hablando abiertamente con un terapista, grupo de apoyo, persona de confianza, etc. Sobre lo que verdaderamente pasó. Si no, será como una olla a presión que constantemente hace pequeñas explosiones de ira o depresión para desahogar un poco todo lo que ha acumulado dentro por años.
    3. LA REGLA DE LA NEGACION: Esta regla empieza con la negación de la familia que no acepta de que haya siquiera algún problema. Recordemos que ellos no quieren cambiar y si niegan que tienen un problema no tiene porque haber cambios. Los niños viven confusos, ya que a todo lo que ellos ven, oyen y sienten, se les hace sentir que no es verdad. No sólo les piden que ignoren el comportamiento enfermizo, sino que lo vean como normal. Es por esto que como adultos tienen dificultades de saber lo que es real y lo que no es real, lo que es normal y lo que no lo es y pierden confianza aun en sí mismos. Por toda esta negación, los hijos adultos de alcohólicos no aprenden a expresar sus emociones. Si por ejemplo llegan a un lugar y ordenan papas fritas, pero el mesero les trae papa al horno, el hijo adulto de alcohólico se queda callado y se come la papa al horno. En resumen: las emociones internas del hijo adulto de alcohólico casi nunca concuerdan con las expresiones externas que muestra.
    4. LA REGLA DE AISLAMIENTO: La familia alcohólica es un sistema cerrado. Los miembros se apegan unos a otros, pero sin intimidad. Muchas veces los vecinos y la comunidad rechaza a la familia alcohólica y ellos toman la actitud de “ellos contra nosotros”. Así como la familia alcohólica se aísla de su comunidad, los miembros de la familia también se aíslan unos con otros. Cuando estos niños crecen siguen aislándose y sus sentimientos de soledad van desde lo más profundo.

    En resumen, estos niños fueron criados para seguir estas cuatro reglas y convertirse en codependientes . El codependiente es una persona que es dependiente emocionalmente de algo externo para sentir autoestima y que se enfoca en estímulos externos para no sentir su propio dolor. Este problema debe ser tratado y debes de aprender muchas cosas para poder llegar a tener relaciones sanas con los demás y contigo mismo. Para esto existen Cuatro (4) tipos de tratamiento que te pueden ayudar:

    1. Terapia de grupo
    2. Terapia individual
    3. Terapia de familia
    4. Grupos Al-Anón (para familiares o amigos de alcohólicos)
    5. Grupos de Hijos Adultos de Alcohólicos.
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