Reflexiones Diarias. Escritas por los A.A. para los A.A.
29 MARZO
«SERVIDORES DE CONFIANZA»
Son servidores. Suyo es el a veces ingrato privilegio de atender a las tareas del grupo.
— DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES, p. 130
En su libro Zorba el Griego, Nikos Kazantzakis describe a su personaje principal en diálogo con un viejo que afanoso planta un árbol. “¿Qué haces?”, pregunta Zorba con curiosidad. “Ya lo ves, hijo mío. Planto un árbol”. Responde el viejo. “¿Y para qué plantarlo si no has de verlo dar fruto?”, insistió Zorba. Y el viejo responde: “Yo, hijo mío, vivo como si nunca fuera a morirme”. Ante la respuesta Zorba esboza una sonrisa y, mientras se aleja, exclama con ironía: “¡Qué extraño! ¡Yo vivo como si fuera a morirme mañana!”
He comprobado como alcohólico anónimo, que el Tercer Legado es el terreno fértil para plantar el árbol de mi sobriedad. Los frutos que cosecho son maravillosos: paz, seguridad, comprensión y 24 horas de eterna realización; también, sano juicio para escuchar a la voz de mi conciencia, cuando sutilmente me habla en silencio y me dice: debes dejar el servicio, otros también tienen que plantar y cosechar.
Del libro Reflexiones diarias
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Para avanzar y tener el “éxito auténtico” es necesario comenzar a ser una persona estable, equilibrada emocionalmente y con paz interior (nada más alejado a mi enfermedad de la adicción).
Considero que algo es bueno porque me gusta, me es agradable, me es divertido, me es apetecible, me es útil, tiene esa o esas bondades. Normalmente se me ha inculcado “ser bueno” y en ese sentido es común que me baste con ello.
Mejor, para mí, necesariamente implica estar por encima y ser superior a algo o a alguien en bondad; algo que es preferible, más conveniente o más adecuado por lo que tiene una calidad y/o una cualidad superior o que sobresale.
Entonces es fácil entender que debo buscar lo mejor, tender hacia la perfección espiritual aunque sepa que no soy ni seré perfecto, mas no por ello conformarme “con lo bueno”, que implica, en mi caso personal, no moverme de mi zona de confort y por tanto dejar de progresar espiritualmente, lo que tiene como consecuencia que me estanque como ser humano, lo cual no es la sugerencia de mi Programa de vida.
Es fácil auto engañarme porque elijo algo bueno ya que no me doy cuenta que lo bueno simplemente es un puente que me lleva entre lo que puede ser exitoso y lo que no (hay muchos buenos estudiantes mas alguno es mejor), por lo que ser bueno es estar a un paso de superarme o incluso caer. Es muy difícil que emprenda y haga cosas tendientes a mejorar si “quiero o siento todo seguro, bien atado y no tener incertidumbres”, porque en el camino espiritual, en mi experiencia personal, tengo que convivir con esas emociones y buscar “mejorar” mi condición espiritual. Así las cosas, yo le pido a Dios que me permita concentrarme en las cosas que Él quiere que para mí ocurran en lugar de estar solicitando constantemente las que no sucedan para que se vaya eliminando la negatividad en mi vida, pues hay que saltar obstáculos como parte del camino de los Doce Pasos.
Creo que por los diferentes momentos en que cruzo por mi vida es fácil que un día esté eufórico porque algo ha salido bien y, al día siguiente me sienta deprimido porque he cometido un error, y para avanzar y tener el “éxito auténtico” es necesario comenzar a ser una persona estable, equilibrada emocionalmente y con paz interior (nada más alejado a mi enfermedad de la adicción).
En el Programa de recuperación, por mi experiencia, no puedo limitarme a lo bueno de: ir a mis juntas, subir a tribuna, dar “los Pasos”, tener padrino, puesto que no puedo soslayar lo mejor de adentrarme en la literatura, estudio, compartimientos, servicio, unidad y con ello participar en la estructura de la Comunidad para que se transmita y se propague el mensaje de la recuperación que lleva a una vida útil y feliz.
Es importante que mi cambio de juicio y actitudes se sume a la conciencia de mi grupo y de la Fraternidad para que siga llevándose, al adicto que está sufriendo, la increíble buena noticia de que sí hay una solución para dejar de consumir y tener una buena vida, a través de un despertar espiritual.
Felices 24 horas en busca de lo mejor.