Reflexiones Diarias. Escritas por los A.A. para los A.A.

14 MARZO

«LA PIEDRA CLAVE»

Él es el Padre y nosotros Sus hijos. La mayoría de las buenas ideas son sencillas y este concepto fue la piedra clave del nuevo arco triunfal por el que pasamos a la libertad.

— ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS, p. 62

La piedra clave es una pieza en forma de cuña que va en la parte más alta de un arco y que mantiene las otras piedras en su lugar. Las “otras piezas” son los Pasos Uno, Dos y desde el Cuatro al Doce.

En un sentido esto parece indicar que el Paso Tres es el Paso más importante, que los otros once dependen del tercero para soporte. Sin embargo en la realidad, el Paso Tres es sólo uno de los doce. Es la piedra clave, pero sin las otras once piedras para construir la base y los lados, con o sin piedra clave, sencillamente no hay arco.

Por medio de la práctica diaria de los Doce Pasos, yo encuentro ese arco triunfal esperándome para pasar por él a otro día de libertad.

Del libro Reflexiones diarias
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En la vida las buenas ideas son sencillas, no son complejas y tienden a resolver con simplicidad las cosas; […]. Una buena idea implica que ponga toda mi atención y mi acción para que se realice, para que se materialice y para que tenga efectos en mi vida.
Dios es mi Padre, y yo soy el hijo por tanto cualquier cosa que venga de Él es para mi bien, para mi mejora, para mi progreso espiritual; y lo malo es que como soy un hijo rebelde quiero que me consienta, que no me ponga consecuencias, que cumpla mis caprichos, que me otorgue todo lo material “que necesito”, que libere de cualquier dolor o sufrimiento mi vida y la de mis “seres queridos”, y así sucesivamente, porque no veo lo trascendente para mi existencia, lo cual sí ve Dios.

Efectivamente así como cuando presentaba un examen la primera idea que se viene, normalmente es la correcta cuando se ha estudiado, en la vida las buenas ideas son sencillas, no son complejas y tienden a resolver con simplicidad las cosas; lo cual es muy diferente a decir que son fáciles y por tanto que no requieren de esfuerzo. Por el contrario una buena idea implica que ponga toda mi atención y mi acción para que se realice, para que se materialice y para que tenga efectos en mi vida.

El Primero y Segundo Paso solamente requirieron de mi admisión y de una creencia, ni siquiera me pidieron que tuviera fe, sino simplemente me pidieron que reconociera que soy impotente ante mi adicción, que mi vida es ingobernable lo cual me llevó a la adicción, la alimentó y la incrementó; y que solamente un acto de la Providencia puede hacer que pare en mi adicción y por tanto esté en posibilidad de creer que un Poder Superior me devolverá una sana manera de pensar (sano juicio).

El Tercer Paso, que es uno más, sirve para dar paso a los siguientes con toda mi acción, porque ya implica mi decisión (mi facultad de elegir, interviene mi fuerza de voluntad) de poner mi voluntad y mi vida al cuidado de Dios con la finalidad de que unificar mis intenciones y deseos, surgidos de mi fuerza de voluntad, con la Voluntad de Dios, y de aquí en adelante no habrá un sólo paso que no haga mención a tres cuestiones fundamentales para alcanzar una sobriedad verdadera: Tener un Poder Superior; Trabajar e Interesarse Auténticamente con Otro Adicto y/o personas; y Hacer la Voluntad de Dios.

En este sentido es que entiendo porque es importante que el Tercer Paso me abra la puerta hacia todos los demás y hacia la práctica sincera y correcta del Programa, puesto que si no estoy dispuesto a Hacer la Voluntad de un Poder Superior (Dios, como cada quien lo conciba), entonces no hay forma de ejecutarlo puesto que entonces no hay una voluntad por encima de la mía a la que deba apegarse la unicidad y armonía que deviene de hacer lo correcto, para que de esta forma vaya reduciéndose mi ego.

Pensar que puedo no tener fe, no poner mi voluntad y mi vida al cuidado de un Ser Superior o de Algo Superior a mí, implica dejar un gran reducto a mi egocentrismo, a mi egolatría, así como darle cauce a mi egoísmo; lo que me ha llevado a sobrevivir con mucho sufrimiento hasta antes de comenzar en esta Fraternidad que me regala AA, NA y/o los Grupos de Doce Pasos.

El Tercer Paso, que es consecuencia inmediata de haberme habilitado para encontrar y tener un Poder Superior, tiene el alivio para mí de saber que yo no soy quien debe cargar con mi enfermedad de la adicción sino que de esto se encarga Dios, puesto que cada vez que yo quise controlarla, disminuirla, quitármela siempre fallé e incluso siempre siguió progresando.
Al darme cuenta, que parte fundamental de mi enfermedad de la adicción no es solamente el consumo sino el hecho de no poder manejar mis emociones negativas, de no poder frenar mis pensamientos equivocados, grandiosos y fantasiosos totalmente descarriados, puedo tener la humildad de dejarle ese asunto a Dios y que Él se encargue de mi enfermedad emocional negativa; porque desde el Segundo Paso se está haciendo cargo de mis pensamientos frívolos, funestos y malsanos.

Cada mañana o en cualquier momento tomo mi carga por veinticuatro horas para dejarla en manos de Dios, y que Él sea quien deba llevarla a cuestas, solamente para regresármela un momento antes de volver a dársela, es una forma sencilla de vivir un día a la vez, y me evita tener que resolver todos mis defectos de carácter, mis pensamientos torcidos y mi adicción porque Dios está al volante y yo me dejo llevar por Él.

Recuerdo cuando estaba en la primaria y llegaba a la tienda de la escuela que había un letrero “¡hoy no se fía, mañana sí!”, de haberme aplicado este letrero “¡hoy no se consume, mañana sí!”, con seguridad hubiera avanzado más en mi vida; ahora entiendo que esta sencillez para estar evitando decir que no podían fiar, es la misma simplicidad que aplico para saber que sólo por hoy estoy libre de adicciones, que estoy intentando de buena voluntad mantener mi equilibrio emocional; que estoy dispuesto a que Dios elimine los defectos de carácter que me estorban hoy; que estoy capacitado para experimentar, con mente abierta, hacer la Voluntad de Dios; y que estoy siendo sincero en ser, pensar, sentir y hacer lo que me sugiere este Programa de vida.

Me sonrío y pienso que este letrero que veía en la tienda de mi escuela seguro lo escribió un adicto.

Dios, como cada quien lo conciba, es el Director, el Jefe y el Padre así que estoy bien cubierto y soy libre, porque sí Él está a cargo todo estará bien aquí y en el más allá.

Felices 24 horas de ideas sencillas y en libertad.

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