Reflexiones Diarias. Escritas por los A.A. para los A.A.
10 MARZO
«HOY TENGO LA OPCIÓN»
… pero invariablemente encontramos que alguna vez en el pasado tomamos decisiones egoístas que más tarde nos colocaron en posición propicia para ser lastimados.
— ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS, p. 62
Con la conciencia y la aceptación de que yo había desempeñado un papel en el desarrollo de mi vida, vino un cambio dramático de mi punto de vista.
En este momento el programa de A.A. empezó a funcionar para mí. En el pasado siempre había culpado a otros, ya fuese a Dios o a otra gente, por las circunstancias de mi vida. Nunca creía que tenía la opción de cambiar mi vida. Las decisiones que había tomado, las había basado en el temor, en el orgullo, o en el egoísmo.
Como consecuencia, esas decisiones me habían conducido por un camino de autodestrucción. Hoy trato de dejar a mi Dios que me guíe por el camino hacia la cordura. Yo soy responsable de mis acciones —o mi falta de acción— sean cuales sean las consecuencias.
Del libro Reflexiones diarias
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¡Así soy!, ¡No voy a cambiar!, actitud típica de mi soberbia que me impulsa a mantener las cosas como están aunque en ello siga cometiendo errores, causando daño y auto-saboteando mi vida. Y el mejor ejemplo ha sido mi obsesión por consumir.
Esta actitud muestra mi egoísmo de no aceptar de ninguna forma un interés por el otro, muestra que seguiré con mis deseos aunque sea el origen de muchísimas consecuencias negativas, mas increíblemente he pensado que ser, pensar y sentir así “es lo correcto”.
“Todos están contra mí”, “los demás tienen la culpa de mis problemas”, “la envidia de los otros hace que me vaya mal”, “la mala fe y egoísmo de los demás es la fuente de todas las trabas y problemas que tengo”, “Dios desea que yo esté en este valle de lágrimas”, y así sucesivamente podría seguir manifestando las ideas que me llevaban a justificar, a culpar a otros, a no hacerme responsable de mi enfermedad de la adicción y mi desequilibrio emocional.
Cuando comienzo a ejercitar el Programa de manera formal, solemne y sería tengo que reconocer que el despertar espiritual que requiero se muestra en un cambio de juicios y actitudes. Sin el cambio no puedo iniciar mi profunda transformación de personalidad.
El hecho de decidir tener una dependencia sana en Dios para que cuide mi voluntad y mi vida, me devuelva el sano juicio, me otorga la oportunidad de ser más independiente porque permito que mi Poder Superior me vaya liberando de mis defectos de carácter y vaya logrando darme mi equilibrio emocional, un día a la vez.
La decisión de unificar mis intenciones, mis deseos, mis pensamientos, mis sentimientos y mis actos con la Voluntad de Dios es mi elección y por tanto es mi responsabilidad, de esta forma entiendo que las consecuencias que tengo en mi vida derivan de mis decisiones incluso de mis abstenciones y omisiones porque también son una decisión. De esta forma sé que “no procede culpar a Dios” de aquello que es la consecuencia de mis actos así como de los actos de cada uno.
Al momento en que con la mente abierta decido poner al frente de cada uno de mis actos a Dios, todo estará bien porque en mi experiencia cada vez que yo voy primero, que no hago oración para pedir Su guía, que no me apadrino y que no comparto con otro adicto lo que sucede es que las cosas no resultan de manera armoniosa emocionalmente.
Por eso hoy no pierdo el momento de mi meditación matinal, mis momentos de oración y reflexión, mis juntas, mi apadrinamiento, mi catarsis en tribuna, mi estudio de la literatura, el compartimiento con mis compañeros porque lo más importante y el trabajo más trascendente, de la mano de Dios, es mi sobriedad.
Felices 24 horas de opción correcta.