Reflexiones Diarias. Escritas por los A.A. para los A.A.
8 FEBRERO
CÓMO CONVENCER AL “SR. HYDE”
Aun cuando nos esforzamos por aferrarnos, puede que la paz y la alegría sigan eludiéndonos. Y este es el punto al que hemos llegado tantos veteranos de A.A. Y es un punto literalmente infernal. ¿Cómo se puede armonizar nuestro inconsciente —de donde surgen todavía tantos de nuestros temores, obsesiones y falsas aspiraciones— con lo que realmente creemos, sabemos y queremos? Nuestra principal tarea es cómo convencer a nuestro mudo, rabioso y oculto “Sr. Hyde”.
— EL LENGUAJE DEL CORAZÓN, p. 236-237
La asistencia asidua a las reuniones, el servir y ayudar a otros es la receta que muchos han probado y que les ha resultado eficaz. Cuando me desvío de estos principios, brotan de nuevo mis costumbres del pasado y reaparece mi viejo ser con todos sus temores y defectos. La meta final de todos los miembros de A.A. es la sobriedad permanente, lograda un día a la vez.
Del libro Reflexiones diarias
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A toda acción corresponde una reacción, y este principio que en la ciencia de la física y ciencias exactas tiene validez, en el aspecto emocional es real pero no es auténticamente cierta, puesto que la única diferencia entre un día infeliz y uno feliz es la actitud.
La parte obscura y negativa de mi ser, sea que se encuentre en mi espíritu y/o en mi mente, es aquella que necesita ser apaciguada con la práctica de los Doce Pasos. La mayoría de mis resentimientos, temores e indebidas conductas se encuentran alojadas en mi inconsciente y/o son mi inconsciencia, por eso surgen en automático y son una reacción a las circunstancias que me acontecen y que no están, de ninguna manera en mi control.
A toda acción corresponde una reacción, y este principio que en la ciencia de la física y ciencias exactas tiene validez, en el aspecto emocional es real pero no es auténticamente cierta, puesto que la única diferencia entre un día infeliz y uno feliz es la actitud.
Mis pensamientos y conductas regenerados por la práctica de los principios espirituales es el resultado del cambio de juicios y actitudes, un día a la vez, que me dan la oportunidad de sacar a la luz mi parte positiva como resultado de aceptar mi dependencia de un Poder Superior que puede devolverme el sano juicio, poco a poco.
Cuando en lo cotidiano me dicen algo que no va de acuerdo a mis ideas, cuando las personas no actúan como yo quiero, cuando los resultados que espero no cumplen mis expectativas, cuando mi esposa no se somete a mis deseos, cuando mis hijos no realizan lo que pretendo, cuando no recibo el reconocimiento que he soñado, cuando nada es tal y como lo veo yo es sumamente fácil que aparezcan los jinetes de mi Apocalipsis llamados frustración, falta de sinceridad, desconsideración, resentimientos y temores que son guiados por su amo el egoísmo. Entonces es cuando requiero pedir a Dios, que por sólo los segundos y minutos que siguen al suceso me quite mis defectos para que no surja mi ira, mi envidia, mi ambición y mis deseos violentos y agresivos desbocados y me dé la serenidad, fortaleza y tolerancia para actuar de acuerdo a Su Voluntad.
Le pido a Dios me conceda, sólo por hoy, la auténtica sobriedad (no consumir liberado de la obsesión y con equilibrio emocional), así es como podré tener un nuevo estado de conciencia.
Felices 24 horas de auténtica sobriedad.
COMENTARIO 2015
Es verdad que la diferencia entre un dia feliz y un dia infeliz es mi actitud. Estoy trabajando mucho en mi actitud, en mis pensamientos tan negativos, estoy muy entrenada en ver la parte negativa de todo el mundo y de todas las situaciones, en lugar de jugar a sacar lo positivo de todas las situaciones. Cambiar de negativo a positivo. ¿Cual es mi reaccion ante las distintas circunstancias que se me presentan en mi dia a dia? me dijeron que los heroes son los que hacen grandes cosas, sin embargo yo pienso que un dia estupendo es aquel en el que hago todo lo mejor que puedo a pesar del esfuerzo que tenga que realizar. cuesta lo que cuesta. Tengo que tener cuidado con mis expectativas, demasiado altas da lugar a grandes frustraciones.