Reflexiones Diarias. Escritas por los A.A. para los A.A.
3 FEBRERO
«LLENAR EL VACÍO»
Solamente necesitábamos hacernos una breve pregunta: “¿Creo ahora, o estoy dispuesto a creer siquiera, que hay un Poder superior a mí mismo?” Tan pronto como una persona pueda decir que cree o que está dispuesta a creer, podemos asegurarte enfáticamente que ya va por buen camino.
— ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS, p. 47
A mí siempre me fascinó el estudio de los principios científicos. Dios y la espiritualidad eran ejercicios académicos sin ningún significado. Era un hombre de ciencia moderno, el conocimiento era mi Poder Superior. Dado el correcto conjunto de ecuaciones, la vida era solamente otro problema que resolver. Sin embargo, mi ser interior se estaba muriendo por la solución propuesta por mi ser exterior a los problemas de la vida y la solución siempre fue el alcohol. A pesar de mi inteligencia, el alcohol se convirtió en mi Poder Superior. Por el amor incondicional que emanaba de la gente y reuniones de A.A. me fue posible descartar al alcohol como mi Poder Superior. El vacío inmenso se llenó. Ya no me sentía solo y apartado de la vida. Había encontrado el amor de Dios. Hay solamente una ecuación que realmente me importa ahora: Dios está en A.A.
Del libro Reflexiones diarias
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Al ser obediente y escuchar, comienzo a ir entendiendo que mis compañeros han dejado de consumir, lo cual me anima a creer.
Me dijeron “haz cómo que crees”, y dije para mis adentros: “esto es una verdadera perogruyada”, porque o creo o no creo; sin embargo, !qué razón tenían! ya que si no he probado que AA, sus Doce Pasos y todo lo que me sugiere el programa !sí funciona!, es muy difícil que yo crea.
Al ser obediente y escuchar, comienzo a ir entendiendo que mis compañeros han dejado de consumir, lo cual me anima a creer y, por lo pronto, llegó a creer en un Poder Superior, que no solamente era mi grupo sino en un Ser Omnipotente, aunque mi mente trató de entenderlo y encasillarlo.
Creencia es la primera etapa porque sin pensar y sin tener elementos de juicio, simplemente confió en el dicho de mis compañeros, confió en lo que la literatura propone, y poco a poco se van derrumbando mis barreras.
El ejemplo de que cuando llego a una población que desconozco y se me descompone el automóvil, y recurro a un vecino para preguntarle por un buen mecánico que lo arreglé, y que al recomendármelo llevo mi coche, es una forma muy clara de entender lo que es “una creencia”, y cuando lo arregla adecuadamente, me cobra lo justo y quedó satisfecho hace que “mi creencia” aumente, para que después cuando vuelvo a necesitar un mecánico, sin pensar decido llevarle el automóvil porque “ya tengo fe”, me permite entender fácilmente la diferencia.
De esta manera, yo llegué a creer en un Poder Superior que se manifiesta primero en mi grupo durante las juntas, después en mis apadrinamientos, posteriormente en mis conversaciones con mis compañeros y así sucesivamente en todos los actos cotidianos, cuando yo decido estar dispuesto a poner mi vida y mi voluntad al cuidado de Dios.
Fe en que los Doce Pasos funcionan porque he comenzado a sentir los resultados en mi recuperación, ya que cada día yo soy el motor y Él es la gasolina de cada actividad, puesto que cuando no permito que Dios entre primero, las cosas no resultan bien, sobre todo en el aspecto emocional.
Yo tenia una idea errónea, pensaba que “rezar” y pedir egoístamente que se resolvieran mis problemas, incluso autocompadecerme y “compadecer” a los demás era “la mejor forma de demostrar mi fe”, y hoy reconozco, ?qué clase de fe podía tener? si solamente se sustentaba en “los resultados favorables, según yo” y no de acuerdo a la Voluntad de Dios, o “los resultados contra mis deseos” como una forma de justificar las consecuencias de mis faltas.
Sólo por hoy, tengo fe en que el programa sí funciona para dejar de consumir, para dejar de sufrir y para progresar espiritualmente.
Felices 24 horas de credibilidad en un Poder Superior.