Reflexiones Diarias. Escritas por los A.A. para los A.A.
2 FEBRERO
«RESCATADO POR LA RENDICIÓN»
Característico del alcohólico típico es un narcisismo y egoísmo central, dominado por sentimientos de impotencia, resuelto a guardar su integridad interna cueste lo que cueste…. En su fuero interno, el alcohólico no tolera el control de parte de otro ser humano ni de Dios. Él mismo tiene que ser dueño de su propio destino. Luchará hasta la muerte para preservar esta condición.
— A.A. LLEGA A SU MAYORÍA DE EDAD, p. 311
El gran misterio es: “¿Por qué algunos de nosotros morimos de muerte alcohólica, luchando por conservar la ‘independencia’ de nuestro ego, mientras otros parecen lograr la sobriedad en A.A. sin ningún esfuerzo?” La ayuda de un Poder Superior, el regalo de la sobriedad, me llegó cuando un inexplicable deseo de dejar de beber coincidió con mi disposición de aceptar sugerencias de hombres y mujeres de A.A. Yo tuve que rendirme porque sólo podía ser rescatado pidiendo la ayuda de Dios y de mis compañeros.
Del libro Reflexiones diarias
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Y en mi enfermedad soy tan ignorante emocional que no sé qué no sé, a grado tal que soy impotente y no sé que lo soy, tampoco quiero saberlo.
Hola!, feliz domingo de la Candelaria. Dentro de mi pensamiento adicto hay una característica que profundamente se distingue: “mi omnipotencia”, “porque yo puedo resolverlo todo”, puesto que he sido dotado de una gran inteligencia y soy tan prepotente que puedo demostrar mi alto coeficiente intelectual (I.Q.).
Al mismo tiempo soy tan independiente que no requiero a nadie ni nada para vivir porque “puedo controlar y refrenar mis emociones”, “sé esconder mis sentimientos”, “no me permito mostrar ninguna clase de debilidad”, en fin “los hombres no lloran”, por lo que estoicamente puedo soportar cualquier cosa.
Consumir me relaja, me enfoca para realizar todo aquello que se enseña en los diplomados, conferencias y libros de “desarrollo humano”, “auto realización”, “auto ayuda” pues ingiero “bebidas espirituosas”; la sustancia me permite desinhibirme y “sentirme seguro”; me deja que broten “ideas grandiosas”, incluso me vuelvo más simpático, más comprensivo, más dadivoso, más carismático y atractivo, “creo que me vuelvo más”, y cuando lloro, gimo, despotrico, enfado y hago mil locuras es porque “me ayuda a expresar lo que siento”.
Al revisar observo mi gran enfermedad del egoísmo pues simplemente pienso en mí, siento por y para mí, en ningún caso reparo ni siquiera un segundo en los juicios y pensamientos de los demás, mucho menos en sus sentimientos y emociones, pues “primero yo, después yo, siempre yo y qué se hunda el mundo”.
“Aceptar a Dios en mi vida”, era algo natural porque Dios era a “mi imagen y semejanza”, por eso “Dios estaba a mi servicio”, de otra forma era un Dios que abandona al hombre porque “no le ayuda” o “porque el hombre debe de sufrir para cumplir con el amor oblativo”. Y, por si fuera poco, ese amor oblativo, esa necesidad de “sufrir para crecer” de aplica a los demás porque “soy un buen hombre” y “con un gran espíritu”.
No cabe duda que mi condición de alcohólico (adicto y/o enfermo de mis emociones negativas), junto con unos conocimientos mal aplicados hacen que realice argumentos sofistas y que me llevan a la ignorancia supina respecto a mi propio ser.
Y en mi enfermedad soy tan ignorante emocional que no sé qué no sé, a grado tal que soy impotente y no sé que lo soy, tampoco quiero saberlo; no sé que soy dependiente del alcohol, de las sustancias, de las personas, del dinero, del reconocimiento, del prestigio, de lo exterior y material. Sin embargo, cuando me proponen depender de un Poder Superior me resisto, argumento que “dónde queda el libre albedrío”, que “yo conozco a Dios”, “que tengo fe”, y que eso no ha servido para dejar de consumir, y que deben demostrarme que “el Poder Superior de AA” es distinto de todo lo que conozco y sé.
!Cuánta retórica para no llegar a creer!, de que servían mis abstracciones respecto a la vida aquí y en el más allá, los principios espirituales de mi religión, el aquí y el ahora, una serie de conceptos que precisamente se quedaban en el nivel de idea pero que no puse nunca en práctica, caminar en la fe sin fe.
Desde el momento en que cambié mis paradigmas y entendí que podía creer que mis compañeros en conjunto, mi grupo y la Fraternidad son en principio un Poder Superior a mí, además acepté creerles porque les ha funcionado para dejar de consumir y porque poco a poco observo que tienen una mejor vida que la mía, tengo que reconocer, cuando me comparten, el gran cambio de vida que han tenido.
Hoy tengo Fe en que el programa funciona y que Dios se manifiesta cuando estoy dispuesto a permitirle Mostrarse en mi vida, estando alerta, siendo sincero y accionando buena voluntad.
Felices 24 horas de creencia en el grupo y fe en Dios.