LIMITES
Es importante rebotar los problemas creados por el jeta, para que sea él, y no tú, quien
pague las consecuencias. Nunca aceptes acusaciones, quejas ni críticas de un jeta.
Mantén tu propio sentido de la realidad, con independencia de lo que diga el jeta (esto es
más fácil de decir que de hacer). Demuéstrale que tienes claro que hay un límite en los
comportamientos que estás dispuesto a aceptar. Explica con claridad esos límites y actúa
con coherencia. Veamos algunas de las cosas que podría haber hecho el grupo:
Las primeras excusas ante la falta de asistencia a las reuniones, incluso cuando se le
ofrecieron alternativas, debieron haceros sospechar que es un jeta. ¿Se mostró brusco
ante las primeras críticas, y con prisa para marchar? Estos son algunos signos
inconfundibles. Alguien debería decirle claramente a Diego que o encuentra tiempo
para las reuniones o debe hablar con el profesor.
• Si Diego no hace su parte, entonces su nombre no aparece en el trabajo que se entrega
(Atención: si vuestro compañero habitualmente hace su parte, es apropiado ofrecer
ayuda en el caso de que haya ocurrido algo inesperado). Muchos profesores aceptan
que un grupo expulse a uno de los miembros que, a partir de ese momento, deberá
hacer el trabajo él solo. Plantead esta alternativa al profesor si vuestro compañero no
está haciendo su parte del trabajo.
• Si Diego os presenta un mal trabajo debéis decirle que su contribución no tiene la
calidad suficiente, y que como consecuencia, su nombre no aparecerá en el trabajo
que entregareis. No importa lo que os diga: manteneos en vuestra posición. Si Diego
se queja, mostrarle al profesor el trabajo que hizo. Haced esto desde el primer
momento, antes de que Diego haya tomado ya ventaja (no esperéis a mitad de curso,
cuando ya estéis todos frustrados y sin tiempo para reaccionar).
• Estableced los límites desde el primer momento y con claridad, porque los jetas
tienen una extraña habilidad para detectar hasta dónde pueden llegar con su
estrategia.