La postergación
Éste es un hábito particularmente peligroso para los comedores compulsivos, ya que cuando postergamos las tareas difíciles o desagradables, podemos volver a caer en nuestra antigua rutina de escape: la comida. El resultado es que continuamos con la situación desagradable, y estamos menos capacitados para lidiar con ella. Entre más la postergamos, más grave nos parece. Incluso las pequeñas responsabilidades que dejamos de cumplir debilitan nuestra autoestima.
A menudo postergamos algunas tareas por miedo a sentirnos incapaces para desempeñarlas. A veces, simplemente nos estamos rebelando contra algo que no queremos hacer. Si estamos haciendo un inventario a diario, podemos examinar nuestras motivaciones y usar el autoconocimiento que derivemos de ello para emprender una acción constructiva.
Cualquier cosa que estemos postergando, rara vez se volverá más fácil si la dejamos para después. ¡Esto es especialmente cierto cuando lo que estamos postergando es la abstinencia! El momento para hacerlo es ahora mismo.
Como lo único que tengo es hoy, que lo sepa usar sabiamente