Pensamientos desordenados
Si empezamos a pensar en desviarnos un poco de nuestro plan de alimentación, si nos vienen a la cabeza pensamientos de que de cuando en cuando podemos comer “normalmente”, nos colocamos en terreno peligros. Nuestra enfermedad no se cura nunca, y los pensamientos desordenados pueden llevarnos al debilitamiento o a una pérdida de control.
Para nosotros, comer “normalmente” es la abstinencia. Nuestro plan de alimentación es lo que nos salva de una conducta desquiciada en cuanto a la comida. En él no existe eso de tomarse vacaciones de la abstinencia.
Entre menos pensemos en la comida, mejor estaremos. Recordar el “placer”, por así llamarlo, que alguna vez asociamos con ciertas comidas puede hacer que olvidemos el inevitable dolor y la angustia que el comerlas alguna vez nos causaron. No queremos volver a sentir nunca la desdicha de la compulsión de comer.
Volver nuestra mente a nuestro Poder Superior nos asegura tener pensamientos sanos, positivos.
Señor, toma mis pensamientos y enderézalos.

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