Con las manos abiertas
Si tenemos las manos con los puños firmemente cerrados, no podemos recibir nada con ellas. Para poder beneficiarnos del programa CCA, tenemos que dejar ir todo aquello a lo que nos hayamos estado aferrando, abrirnos al programa y estar dispuestos a recibir. Abrimos nuestras manos a las manos que nos tienden con camaradería nuestros nuevos amigos. Abrimos la mente y el corazón a nuevas ideas, a una nueva verdad y a nuevos sentimientos.
No podemos recibir una nueva forma de vida si estamos cerrados y no estamos dispuestos a cambiar. Mucho de lo que escuchamos en las reuniones puede sonarnos extraño en un principio, pero si somos receptivos, esas palabras gradualmente adquirirán significado. No hay nada en este programa que sea imposible para cualquiera de nosotros. Lo único que se requiere es el deseo de dejar de comer en forma compulsiva y la disposición para aprender ahora mismo.
Si estamos teniendo problemas con la abstinencia, quizá se debe a que nos estamos aferrando a nuestras antiguas costumbres y hemos cerrado las manos, rehusándonos a seguir ciertas partes del programa. Nuestro Poder Superior nos brinda las herramientas para la recuperación por medio del programa CCA. Lo único que tenemos que hacer es abrir las manos, asir firmemente estas herramientas, y usarlas.
Abro mis manos para recibir Tus regalos.