Concentrémonos
Nuestro programa requiere de concentración. No es algo que podamos considerar casualmente en nuestros ratos de ocio. Como la abstinencia es lo más importante en nuestra vida, dedicamos nuestras mejores energías a guardarla. Muchos encontramos que el tiempo que invertimos concentrándonos en nuestro programa al principiar el día es el más fructífero.
Estos periodos de concentración no tienen que ser largos. Lo que cuenta es la calidad de nuestra atención. Unos cuantos minutos que utilicemos en la mañana para ponernos en contacto con nuestro Poder Superior pueden fijar la pauta para el día entero. Tocamos la base de quiénes somos y hacia dónde nos dirigimos. La concentración da resultado.
Cada vez que los pensamientos acerca de la comida y el comer interrumpan nuestras actividades, nos detendremos un momento para concentrarnos en nuestro programa. La abstinencia no siempre está en primer término en nuestra mente, pero siempre está ahí cuando estamos amenazados de recaer en viejos pensamientos y antojos. La compulsión consistía en estar concentrados en la comida; la abstinencia es estar concentrados en la recuperación.
Te pido que dirijas mi concentración.