No brinques
Cuando hemos logrado mantener la abstinencia de la manera compulsiva de comer durante un período significativo, es como si hubiéramos subido lentamente muchos pisos de escaleras hasta llegar a la punta de un rascacielos. Decirnos a nosotros mismos que haremos una excepción y romperemos la abstinencia una sola vez es como decir que saltaremos de la ventana del último piso del rascacielos y que únicamente caeremos al piso siguiente.
La naturaleza de nuestra enfermedad es tal, que un pequeño bocado compulsivo inevitablemente nos llevará al desastre. Quizá podemos posponer el atracón un día, una semana o aún más tiempo, pero una vez que hayamos perdido el control, nos colocaremos en un patrón que es una espiral descendente.
Lo único que necesitamos para permanecer en el último piso del rascacielos es guardar nuestra abstinencia. Es un pequeño precio a pagar por tan magnífica vista.
Protégeme de un brinco fatal.