Un nuevo mundo
La abstinencia nos coloca en un nuevo mundo. En vez de tratar de engañarnos a nosotros mismos y de lograrlo, aprendemos a ser honestos con nosotros mismos y con los demás. En vez de escapar a los problemas, aprendemos a encararlos con honestidad. En lugar de desesperación, sentimos respeto y empezamos a desarrollar confianza en nosotros mismos.
A medida que nos liberamos de nuestra obsesión por la comida, nos ponemos en contacto con nuestros sentimientos y capacidades, de modo que nos volvemos capaces de funcionar clamada y eficientemente.
Todo esto nos ocurre de un día para otro. Seguimos los Doce Pasos bajo la guía de un padrino. Trabajamos a diario nuestro programa. Seguimos recurriendo al teléfono y asistiendo a las reuniones para aprender de los otros miembros.
Por sobre todo, mantenemos contacto con nuestro Poder Superior, ya que es por Su gracia que hemos entrado a este nuevo mundo.
Gracias, Señor, por conducirme a un nuevo mundo

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