Hagamos un inventario
Culpar a las circunstancias y a otras personas por nuestras propias dificultades resulta contraproductivo. Nosotros no podemos controlar las circunstancias externas ni a los demás, pero sí podemos trabajar en nuestro cambio. Para cambiar, primero necesitamos estar conscientes de las actitudes y características que nos acarrean problemas. Si comemos en exceso o hacemos un berrinche cuando no nos salimos con la nuestra, entonces necesitamos aprender a funcionar sin exigir que todo vaya de acuerdo con nuestro propio horario y preferencias personales.
Hacemos un inventario en el Paso Cuatro y seguimos haciéndolo en el Paso Diez. Ésta es una herramienta valiosa para nuestro crecimiento interior. El resultado es sorprendente, pues a medida que reconocemos y empezamos a corregir nuestros defectos personales, nuestras relaciones con los demás mejoran notablemente. Con un cambio positivo en nuestra conducta y actitudes, veremos en forma automática la manera como los demás cambian sus actitudes hacia nosotros.
Hacer un inventario implica reconocer nuestras cualidades así como nuestros defectos. En CCA medimos nuestra riqueza no por lo que tenemos, sino por lo que hemos dado.
Enséñame a dar.