Motivación
La mayoría de nosotros luchamos con la tentación de ser flojos, a conformarnos con el mínimo en vez de con lo mejor. Cuando éramos niños, tuvimos padres y maestros que nos instaban a hacer mayores esfuerzos. Como adultos, hemos dependido más de la motivación externa y menos de las exhortaciones de los demás.
Trabajar estrictamente por los bienes materiales no basta para obtener el ímpetu y el entusiasmo que necesitamos. Es nuestro Poder Superior el que nos premia con talentos y capacidades, y es Su plan para usarlos lo que debemos buscar y seguir.
Hacer menos que lo mejor posible es defraudarnos a nosotros mismos. Nos perdemos la satisfacción que resulta de sentir que hemos actuado al máximo. También perdemos la oportunidad de rebasar límites anteriores. Entre más hacemos, más aumenta nuestra capacidad de desempeño.
La motivación viene de nuestro Poder Superior y sólo podemos recibirla si estamos dispuestos a actuar. El pensar y el planear tienen un lugar, pero es el actuar el que genera un fresco entusiasmo.
Que hoy viva al máximo de mis capacidades

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