Serenidad
La serenidad nos llega cuando estamos en sintonía con nuestro Poder Superior. La serenidad nos permite asimilar las dificultades externas con calma, aun las más difíciles. La serenidad es un don que todos estamos libres para recibir diariamente.
El poner nuestras voluntades y nuestras vidas al cuidado de Dios, tal y como cada uno de nosotros lo concibe, alienta la serenidad. El mantenernos en contacto con nuestro Poder Superior mientras llevamos a cabo nuestras actividades diarias nos produce serenidad. Practicar la abstinencia de comer en exceso en forma compulsiva mantiene la serenidad.
En una reunión tras otra, escuchamos los testimonios de la gente acerca del cambio que han experimentado desde que decidieron seguir el programa de CCA. Las circunstancias que antes los hubieran echado de cabeza al refrigerador ahora son manejables. Por la Gracia de Dios se les ha dado la serenidad para aceptar las cosas que no pueden cambiar.
Que crezca yo en serenidad

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