Dios es un Verbo
No podemos encerrar a nuestro Poder Superior en un determinado punto ni dentro de un sistema cerrado. Como quiera que concibamos a Dios, nuestra comprensión de Él siempre será limitada. El Poder que nos rescata de la forma compulsiva de comer es una fuerza activa que constantemente nos motiva a continuar. Lo que hicimos ayer es cosa del pasado; un nuevo día trae otros retos y oportunidades.
Nuestra compulsión nos ha atrapado en un modelo de repetición autodestructiva. Cometimos la misma tontería una y otra vez. Cuando ponemos nuestras vidas y nuestras voluntades al cuidado de Dios, tal como lo concebimos, nos estamos vinculando con la fuerza de la novedad y la creatividad. Dios se mueve, y si estamos vinculados a Él, nosotros nos movemos también. Su espíritu nos transforma, y lo que pensamos e hicimos ayer no resulta adecuado para las demandas de hoy.
Confiar en nuestro Poder Superior significa actuar de acuerdo con Sus apremios. Lo seguimos a medida que nos va guiando hacia nuevas tareas, actividades e ideas. Aprendemos por experiencia que Él es siempre más que adecuado para nuestras necesidades.
Que te siga hacia donde me llevas