La curación
Dios, según lo conciba cada uno de nosotros, tiene el poder para curar nuestros cuerpos, mentes y corazones. Una vez que admitimos que estamos enfermos, podemos abrirnos al Poder que hará posible nuestra recuperación. A medida que profundizamos en el programa CCA, comprobamos que no es únicamente el cuerpo el que sufre de la enfermedad de la compulsión por comer. La mente y las emociones también se ven enturbiadas y es necesario que Dios las limpie.
El proceso de curación puede ser doloroso. A veces tenemos que empeorarnos antes de mejorar. Otras tenemos que sentirnos más desolados por el exceso en el comer, por el orgullo, por el miedo y el egoísmo antes de estar dispuestos a volvernos a nuestro Poder Superior para que nos cure. No nos esforzamos para seguir los Doce Pasos hasta que vemos cuan desesperadamente enfermos estamos.
Dios cura, pero Él requiere de nuestro esfuerzo y cooperación. El grado de recuperación lo determina la intensidad de nuestro deseo de aliviarnos. Cuando nuestro deseo se concentra en la fuente de salud y se mantiene ahí, podemos sanar.
comentario 2014
¿estoy realmente dispuesto a realizar un esfuerzo? Me dijeron que esforzarse era malo, era simbolo de ser poco inteligente y hoy he descubierto que sin esfuerzo no se obtiene nada de nada. ¿Realmente deseo recuperarme?