Humildad
Es el sufrimiento que experimentamos como resultado de comer en exceso en forma compulsiva lo que a veces nos hace suficientemente humildes para admitir que somos impotentes ante la comida. Hasta que tengamos la humildad necesaria, es imposible la recuperación. Mientras pensemos que podemos controlar y dirigir con éxito nuestras vidas solos, seguiremos fracasando.
Algunos tocamos fondo antes que otros. Si tenemos suerte, podremos ver a dónde nos está llevando la enfermedad y cuál será el inevitable resultado si no encontramos ayuda de una fuente externa. Ya sea que toquemos lo más bajo o lo menos bajo del fondo, cuando finalmente llegamos ahí, lo único que nos queda es emerger a la superficie. Cuando tengamos la suficiente humildad para pedir ayuda y poner nuestra voluntad al cuidado de Dios, encontraremos la ayuda que necesitamos.
Es esencial para nuestra recuperación mantener una actitud de humildad. Sino permitimos caer en la trampa del orgullo y del egoísmo, estaremos listos para dar un resbalón. Comprender nuestra debilidad y nuestra dependencia de Dios es el principio de nuestra fortaleza.
Que se me conceda la humildad.