Vivir es un privilegio
Cuando comíamos en exceso, ¿con qué frecuencia nos arrastrábamos fuera de la cama preguntándonos cómo haríamos para vivir un día más? La mayoría pensábamos que la vida nos trataba injustamente y, por lo tanto, culpábamos de nuestra desdicha a los que nos rodeaban. Quizá pensábamos que existía un Poder Superior a nosotros mismos, pero éramos incapaces de aplicar esta creencia de modo que influyera en algún cambio en nuestra manera de vivir. Lo único que logramos al tratar de gobernar nuestra propia vida fue que cada vez nos hundiéramos más en la desesperación.
El programa de CCA nos enseña cómo poner nuestra vida y nuestra voluntad al cuidado de Dios. Dejamos de tratar de “hacerlo solos” y escuchamos Su dirección. Por la gracia de nuestro Poder Superior nos abstenemos de comer en forma compulsiva “por el día de hoy”, y caminamos por un nuevo sendero de humildad y obediencia.
Poco a poco, nos recuperamos en cuerpo y mente, y ya no nos sentimos atropellados por un cruel destino. Aceptamos cada día como un regalo de Dios y lo vivimos lo mejor que somos capaces.
Gracias por el privilegio de vivir y abstenerme hoy.