Bienaventurados los que tienen hambre
Cuando estamos saturados y llenos de comida, no hay lugar para las cosas del espíritu. Tenemos ganas de echarnos una siesta en vez de trabajar en forma productiva o de entretenernos en forma placentera. Durante nuestra carrera como comedores compulsivos, ¿cuántas horas hemos desperdiciado en la cama, durmiendo los efectos de un atracón?
No comer más de lo necesario es mantener nuestras mentes y cuerpos en un estado de alerta y de disposición para la acción. Decir “no” a los azúcares y harinas que desequilibran nuestro nivel de azúcar en la sangre es mantener nuestro nivel de energía en óptimo estado.
A medida que vamos eliminando el exceso de peso y nos deshacemos de la grasa que nos debilita, probablemente experimentemos periodos de hambre. No tiene nada de malo tener hambre. A menudo, cuando sentimos hambre es cuando más humildes somos y cuando estamos más dispuestos a escuchar a nuestro Poder Superior.
Aceptar el hambre física con serenidad es ser espiritualmente fuertes.
Oro porque mi hambre me acerque a Ti, Señor
COMENTARIO 2015
Mantener mi estado de azucar en sangre es importante, cuando lo altero me relajo. Pero pago un alto precio por esta medicacion tan gratuita que a tan corta edad aprendi. Ella me salvo de mucha soledad, de mucha incomprension, de mucho sufrimiento, me ayudo, pero ya esta, ya no quiero esta ayuda para sentirme mejor. Porque es una ayuda falsa, es una muleta que solo esta en mi mente, nada mas, no la necesito, es solo una falsa creencia, no la necesito. Tener hambre es ser humilde.