Ama a Dios y sigue el programa
¡Qué claro se vuelve todo cuando en nuestras vidas, la abstinencia y la recuperación ocupan el primer lugar! A medida que nos recuperamos, crece nuestro amor por el Poder Superior que ha hecho posible esta nueva vida, Amar a Dios y trabajar el programa se vuelve el propósito principal de cada día. De esto sigue todo lo demás.
Cuando estamos confundidos y agobiados por exigencias en conflicto en cuando a nuestro tiempo y atención, necesitamos apartarnos un momento y ponernos de nuevo en contacto con el Dios interior. Mientras estemos tratando sinceramente de hacer Su voluntad, no tienen por qué contrariarnos las respuestas negativas de los demás, sea real o imaginaría su desaprobación.
Al igual que nuestro Poder Superior es un foco de nuestro amor, seguir el programa se convierte también en un foco para nuestras energías y anhelos. Sea cual sea nuestra situación, cada uno de nosotros es capaz de crecer espiritualmente, y son este crecimiento y este progreso los que nos dan una satisfacción profunda y duradera.
Acepta mi amor y mi trabajo