Flexibilidad
Si examinamos los patrones de conducta que teníamos cuando comíamos en forma compulsiva, descubriremos que éramos demasiado rígidos. Nuestra obsesión mental y nuestra adicción física nos tenían presos en una conducta repetitiva que admitía muy poca espontaneidad. Con la cantidad de tiempo y de energía que gastábamos en comer, teníamos poca flexibilidad. La mayor parte de nuestro tiempo libre la utilizábamos para apoyar nuestra adicción en una u otra forma.
A medida que nos recuperamos, descubrimos que nos amenaza la cantidad de tiempo no estructurado o los cambios súbitos en nuestro horario. Una vacación inesperada nos puede traer una sensación de vacío o de aburrimiento. Cuando por alguna razón hay un cambio de planes, esto puede provocarnos confusión y desasosiego. Sin una rutina firma, podemos sentirnos incómodos.
El recordar que la abstinencia es lo más importante en nuestra vida, sin excepción, puede ser un ancla que nos sujete cuando las circunstancias requieran que seamos flexibles. Mientras guardemos la abstinencia, somos libres de alterar horarios y planes de acuerdo con nuestra preferencia y conveniencia. La flexibilidad y la espontaneidad son posibles cuando la abstinencia es firme.
Enséñame a ser flexible.

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