¡Alabemos a Dios!
Este programa no lo inventamos solos, como tampoco logramos solos la abstinencia. Nuestra recuperación es un regalo, al igual que la vida. La luz, el mundo natural, nuestro alimento espiritual, el talento, el amor y la camaradería, todo ello viene de nuestro Poder Superior. Nuestro papel es recibir, usar, compartir y disfrutar sabiamente las bendiciones que Dios ha derramado sobre nosotros.
Cuando superamos la idea de que podemos hacer todo solos, nos volvemos receptivos a la fuerza dinámica que nos crea y nos sostiene. Cuando dejamos de ver la vida desde nuestra visión egoísta, empezamos a ver la gloria de Dios. Cuando ya no somos esclavos de nuestro apetito y del deseo de tener cosas materiales, somos capaces de regocijarnos en nuestro Poder Superior y de compartir nuestro júbilo con quienes nos rodean.
Nuestra recuperación de la compulsión de comer nos convierte en ejemplo del poder de Dios para curar y renovar. Por todos Sus milagros, lo alabamos.
En Ti hay un gran gozo

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