Sencillas alegrías
Cuando llegamos a CCA, pudimos haber pensado que necesitábamos muchas posesiones materiales, poder, seguridad y una gran admiración por parte de los demás para ser felices. Quizá invertimos una gran cantidad de esfuerzo tratando de adquirir dichas cosas. Tal vez aparentemente tuvimos éxito, y sin embargo nos sentíamos muy mal a causa de nuestra incapacidad para controlar nuestra manera de comer. Ninguna dosis de posesiones materiales, de fama o de prestigio puede aliviar el dolor que causa el comer en forma compulsiva.
La abstinencia es sencilla. No requiere de gran riqueza, talento o capacidad intelectual. La tenemos inmediatamente a nuestra disposición. Cuando guardamosla abstinencia, conocemos la sencilla alegría de levantarnos por la mañanasintiéndonos bien. Podemos vivir sin temor al próximo atracón. Descubrimos quedisfrutamos de nuestras tres comidas sencillas al día mucho más que de nuestrasantiguas indulgencias.
A través de CCA podemos aceptarnos a nosotros mismo y a los demás tal comosomos. No tenemos que impresionarnos mutuamente. La amistad y el hecho decompartir incrementan nuestra alegría.
Gracias por las sencillas alegrías de la abstinencia