Me tomo un descanso
Nosotros, los comedores compulsivos, a menudo usábamos la comida como estimulante cuando sentíamos la necesidad de ocuparnos en algo. Desde luego, la comida no nos mantenía estimulados largo tiempo, ya que generalmente comíamos demasiado y terminábamos en estupor.
Con este programa, podemos estar más en contacto con lo que realmente sientennuestros cuerpos. A veces, nuestro antojo de comida puede estar disfrazandonuestra fatiga, ocasiones en las que lo que necesitamos es un descanso, nocomida. Cuando estamos cansados y sentimos que no podemos continuar lo queestamos haciendo, es muy posible que necesitemos descansar en vez de comer. Una corta siesta puede refrescarnos más que la comida innecesaria.
El verdadero descanso, tanto para nuestro espíritu como para nuestro cuerpo, proviene de nuestro Poder Superior. Un periodo de meditación puede sacarnos denuestra depresión mental y emocional. Se necesita sólo un breve momento paraquitar nuestra atención de la rutina cotidiana y ponerla en Dios. Esas pausasfrecuentes durante el día nos ponen en contacto con un vasto receptáculo deenergía y de poder.
Señor, yo reposo en Tu grandeza