El enemigo interno
¿Por qué nos autodestruimos? El problema del mal ha estado siempre con nosotros desde que la serpiente tentó a Eva para que se comiera la manzana. A menudo sentimos una guerra interior, donde una parte nuestra lucha con otra parte de nosotros.
Hay fuerzas que quisieran que abandonáramos nuestro programa, aunque generalmente descubrimos que la tentación viene de nuestro interior. Nos volvemos descuidados, nos aburrimos, nos hacemos indiferentes a nuestros esfuerzos. En vez de disciplinarnos para crecer más en lo espiritual, nos dormimos en nuestros laureles ¡y luego nos preguntamos porque nos estamos yendo cuestan abajo!
No hay nada de malo con nuestros apetitos corporales excepto cuando los dejamos asumir el control. Es entonces cuando nos destruyen. El vivir de una manera sana, saludable, requiere que reconozcamos nuestras necesidades espirituales. Cuando nuestro Poder Superior tiene el control, trabajamos por nuestro crecimiento espiritual y emocional, al igual que por la satisfacción física. En vez de estar divididos internamente, nos integramos. Sometemos al enemigo interno de la única manera posible, por el Poder de Dios.
Señor, derrota a mi enemigo interno.

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